El propósito detrás del propósito – Bobby Cruz Jr

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Martes, 26 de abril

 

Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos.

– Job 42: 5 NVI

 

Como seguidor de Jesús eventualmente vas a descubrir que Dios tiene un propósito divino para cada área de tu vida. Él tiene un propósito para todas tus relaciones; con tu familia, amigos, enemigos, para la gente que conoces y aún las que no conoces. Dios tiene un propósito para tus finanzas, trabajo y tu carrera. Dios tiene un propósito para la forma en que te conduces; moral y éticamente, para lo que escuchas y aún lo que hablas.

 

Para Nehemías y el pueblo el propósito de Dios era reconstruir los muros de Jerusalén y para ellos éste era su objetivo principal. Pero lo que ellos no sabían es para Dios el objetivo principal era el de revelarse a ellos. Cincuenta y dos días después de haber comenzado la reconstrucción la obra se logró y de repente se dieron cuenta de que Dios había estado con ellos. De repente su atención se movió de lo que habían logrado hacia Dios, que había aparecido y permitido que la obra se lograse. Tuvieron un encuentro con Dios y la reacción natural fue la de rendirse, adorarlo y obedecerlo. Sin planificarlo el pueblo dejó de enfocarse en la obra y todos se reunieron en la plaza para adorar a Dios. Porque se dieron cuenta de que el propósito detrás del propósito era Dios mismo.

 

¿Recuerdas como terminó la historia de Jesús cuando caminó sobre las aguas? Un día Jesús mandó a sus discípulos a que entraran en un barco y se adelantaran mientras que Él se quedaba atrás para despedirse de la gente y orar. Ten en cuenta que este era el plan de Jesús. Cuando el barco estaba muy lejos de la tierra un fuerte viento se levantó y amenazó con hundirlo y justo antes del amanecer Jesús se apareció donde estaban ellos caminando sobre las aguas y todos ellos se aterrorizaron pensando que habían visto a un fantasma. Pero Jesús les dice: “¡No tengan miedo. Yo estoy aquí!” Pedro probablemente veía que su única oportunidad de sobrevivir era si Jesús le permitía caminar sobre las aguas y llegar hasta Él. Y Pedro se lanza pero a los pocos pasos quita su mirada de Jesús para ver lo imposible de la situación y de repente comienza a hundirse. Pero Jesús extiende su mano, lo agarra y lo sube a la barca e inmediatamente los vientos se calmaron. Ahora permíteme recordarte cómo termina esta historia. Al ver esto los discípulos adoraron a Jesús y exclamaron: “¡De verdad eres es el hijo de Dios!”.

 

¿Sabías que esta es la primera vez que la Biblia menciona que los discípulos adoraron a Jesús? Ellos ya habían estado con el por mucho tiempo, pero nunca lo había adorado. Pero ese era el propósito detrás del propósito divino de Dios para ellos. El propósito de los discípulos era navegar pero el de Jesús era el de revelarse a ellos.

 

A medida que camines en el propósito divino de Dios para tu vida en algún momento Él te mostrará un poquito de su gloria y al igual que en el caso de Nehemías, o en el de los discípulos y tantos otros, cuando de repente te des cuenta de que Dios ha aparecido, tu atención se desplazará del cumplimiento del propósito hacia Dios que apareció y cumplió el propósito. Entonces de repente y sin que lo pidas voluntariamente te rendirás a Él, lo adorarás y lo obedecerás. Porque ese es el propósito detrás del propósito.

 

Padre Celestial que bueno es saber que el propósito tiene en sí un propósito aún mayor y es mostrar tu gloria; gracias porque ya con el propósito en sí viene siempre una gran bendición, pero Tú eres tan bueno que tienes algo más allá tan maravilloso que lo único que me queda por hacer es rendirme a tus pies y adorarte y alabarte como sólo Tú te lo mereces.