En la cima de la montaña

 

 

En la cima de la montaña

Jueves, 01 de febrero de 2018

 

 

Podría haber ido a la universidad, hoy tendría una carrera y no solo un trabajo. Debería haber invertido en ese negocio, me hubiese enriquecido en vez de tener que vivir de cheque en cheque. Si tan solo me hubiera casado con mi primer amor, sé que hubiésemos sido felices, pero ya voy por mi tercera pareja. Podría haber tenido, debería haber tenido. Es muy probable que así fue como se sintió Moisés.  Podría haber hecho algo grandioso por el pueblo de Israel, en cambio soy un anciano que vive en un país extranjero y sin nada que mostrar por mí mismo.

 

Moisés se veía como un hombre que podría o debería haber sido el liberador del pueblo judío que estaba esclavizado en Egipto, pero algo le sucedió en el camino. Moisés fue un niño nacido hebreo que se convirtió en príncipe de Egipto. Su casa era el palacio, fue educado por los profesores más brillantes y entrenado por los hombres más dotados y talentosos. Pero como judío le dolía ver las injusticias de la esclavitud que sus compañeros israelitas sufrían. Y mientras más injusticias veía más crecía su deseo de liberar a su pueblo. Y todo parecía estar marchando en buena dirección hasta que un día Moisés vio a un egipcio golpeando a un esclavo y enfurecido por lo que vio, mató al abusador. Ahora, Moisés sabía que estaba en graves problemas así que decidió huir de Egipto.

 

Moisés pasó de vivir en el palacio a vivir en el desierto. Pasó de comer en la mesa real a comer en el desierto. De tener el futuro más brillante a no tener futuro alguno y de abundantes privilegios a total desgracia. Ahora Moisés es un hombre de unos ochenta años, ya habían pasado cuarenta años desde que se dio a la fuga. Y volviendo a Egipto, sus compañeros israelitas todavía vivían bajo la mano opresiva de Egipto. En ese momento me imagino que Moisés no tenía intención alguna de regresar a Egipto y mucho menos de ser su libertador.

 

Dios le dijo. Quítate el calzado de tus pies, porque el lugar donde ahora estás es tierra santa.”  – Éxodo 34:19 RVC.

 

Un día, mientras Moisés cuidaba el rebaño de su suegro del otro lado del desierto, subió al monte Horeb. Allí el Señor se le apareció a Moisés en una zarza ardiente y le dijo: “Quítate las sandalias, estás pisando espacio sagrado”. Moisés, he visto lo que le está sucediendo a mi pueblo, he escuchado su llanto y estoy preocupado por ellos. Así que los voy a rescatar y te enviaré a ti como mi representante.” Y como dice el dicho, el resto es historia. Ahora Moisés con todos sus “podría y debería” tiene ochenta años y bajo la dirección de Dios regresó a Egipto y se convirtió en el históricamente célebre libertador del pueblo de Israel.

 

La mayoría de nosotros cuando miramos hacia nuestro pasado distante y reciente pensamos en las cosas que pudimos haber tenido y las cosas que deberíamos haber hecho. Y aprendimos a vivir conscientes de que el negocio, las relaciones y los ministerios que soñábamos tener y hacer se quedaron en el pasado. No, no matamos a nadie ni salimos huyendo como Moisés. Pero sí tomamos algunas malas decisiones, postergamos y perdimos nuestro tiempo en actividades inútiles. Algunos sí huyeron mientras que otros se quedaron, pero los resultados son los mismos. El sentido de lo que podría y debería haber sido. Quiero que sepas algo, Dios todavía habla, Él todavía tiene un plan para tu vida y Él siempre termina lo que comienza. Pero el quedarte en el valle de la autocompasión no te va a llevar a ninguna parte, tienes que levantarte y subir a la montaña. Necesitas encontrar ese espacio sagrado a solas con Dios en la cima de la montaña, entonces comenzarás a escuchar Su voz y descubrirás Sus planes renovados para tu vida.

 

Preguntas:

  1. ¿Tienes algo que deberías o podrías haber hecho que te causa remordimientos? ¿De qué se trata?
  2. ¿Vives con el sentir de que el tiempo se te acabó?
  3. ¿Has dejado atrás tus sueños?
  4. ¿Cuándo fue la última vez que realmente subiste a la montaña para estar a solas con Dios?
  5. ¿Cómo te hace sentir el saber que Dios quiere renovar Sus planes para tu vida?

 

Padre Celestial, la historia de Moisés es una completa esperanza para cada “debería y podría” ser de mi vida, porque así como lo hiciste con Moisés lo haces conmigo, porque me amas y tienes un propósito perfecto para mí. Para ti nunca es tarde ni te rindes conmigo, y aunque hay momentos en los que puedo sentir que el tiempo se acabó, Tú sólo quieres encontrarte conmigo en la cima de la montaña para renovar tus planes y cumplirlos en mí.