Expectativas incumplidas
Miércoles 14 de noviembre de 2018
La mayoría de las parejas hoy en día eligen vivir juntos en vez de casarse. De hecho, la mayoría de las parejas que optan por el matrimonio dirán que sus mayores problemas comenzaron en el momento en que decidieron casarse. ¿Es esto cierto? ¿Qué es lo que hace que el casarse sea más problemático que simplemente vivir juntos sin hacer un compromiso oficial? La respuesta quizás no sea obvia, pero sí es simple, expectativas no cumplidas.
Esperanzas y sueños
Cada persona que alguna vez eligió casarse entró en la relación llena de esperanzas y sueños. Las mujeres desde que eran niñas estaban llenando su lista de deseos con las esperanzas y los sueños de cómo sería su matrimonio. Cómo las iba a tratar el hombre, cuánto tiempo pasarían juntos, cuáles serían las responsabilidades del hombre, cuántos hijos tendrían, cómo criarían a sus hijos e incluso adónde iban a pasar sus vacaciones. La mayoría de las mujeres lo tienen todo planeado y cada una de ellas entra en el matrimonio llena de esperanzas y sueños. Los hombres no son diferentes en este aspecto, ellos también se casan llenos de esperanzas y sueños, lo único es que son diferentes. El hombre espera que su esposa siempre luzca de cierta manera, que cumpla con ciertos deberes y responsabilidades, que cuide de los niños y cuide de la casa mientras él descansa y ve deportes. Y aparte de esto él espera que ella nunca le vaya con quejas. La verdad es que tanto los hombres como las mujeres entran al matrimonio llenos de esperanzas y sueños. Y cada uno de ellos espera que el otro sea el responsable de cumplir cada una de esas esperanzas y sueños.
Las Expectativas
En el mismo instante en que un hombre y una mujer se casan y se dicen el uno al otro “sí quiero”, todas sus esperanzas y sueños se convierten en expectativas matrimoniales. Ahora que están oficialmente casados, la mujer espera que su esposo cumpla todas sus esperanzas y sueños y el hombre espera que su esposa cumpla todas sus esperanzas y sueños. El hombre dice, “ahora que eres mi esposa se supone que debes cocinar, planchar y… Ahora espero que cumplas mis esperanzas y mis sueños. Lo mismo ocurre con la mujer, ella dice, ahora que eres mi esposo se supone que debes lavar el automóvil, cortar el césped, entender mis emociones y sentimientos y… Espero que como mi esposo que eres cumplas con todas mis expectativas del matrimonio. El problema es que nadie realmente conoce todas nuestras esperanzas y sueños y nadie, excepto Dios, puede cumplir todas nuestras esperanzas y sueños.
Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo. – Efesios 5:21 NIV.
Hay un mejor enfoque del matrimonio, en lugar de colocar todas tus expectativas sobre tu pareja, puedes escoger por amor a Cristo buscar cumplir, hasta donde puedas, todas las esperanzas y los sueños de tu pareja. Esto es lo que significa someterse unos a otros, en lugar de elegir convencer, condenar o amenazar a tu pareja para que cumpla tus expectativas, puedes escoger por amor intentar cumplir las esperanzas y los sueños de él o ella. Sé que esta manera de conducir una relación es extremadamente radical para muchos, por lo que en el próximo blog analizaremos este concepto un poco más. Pero mientras vivas con expectativas no cumplidas, siempre habrá tensión en la relación y un sentido de una vida desperdiciada. Pero cuando eliges amar libremente a tu pareja es cuando abres las puertas para que todas tus esperanzas y sueños se cumplan.
Padre Celestial ayúdame a cada día de mi vida vivirlo de manera que pueda cumplir las expectativas de mi pareja, a amar libremente sin esperar nada a cambio. Ayúdame a cumplir sus sueños y esperanza y no a demandar que sean cumplidos los míos por reverencia a Ti amado Jesús. Sólo Tú puedes cumplir todas mis esperanzas y sueños, no permitas que yo ponga esa carga sobre otra persona. Gracias por la oportunidad que me das de servir a mi pareja, de buscar su bienestar por encima del mío propio, porque sé que al hacer esto Tú haces el resto.
Robert Cruz Jr.
Bobby Cruz Jr. became Senior Pastor of CDA Miami in 1999, continuing the work that his father, Bobby Cruz began in 1980. Bobby Jr. is an engaging speaker whose passion is to lead people in a growing relationship with Jesus. He has five children and he lives with his wife Ana in Doral, FL.