Falta Algo

 

 

Falta Algo

Lunes, 12 de marzo de 2018

 

 

Hace poco leí una encuesta conducida por el grupo Barna que ha confirmado mi preocupación más profunda con respecto a la relación entre el cristianismo y esta generación. En 1996, el 85% de los estadounidenses que no tenían ninguna afiliación religiosa, veían el cristianismo de manera positiva. En 2009, solo trece años después, sólo el 16% de los jóvenes sin afiliación religiosa tenían una impresión favorable del cristianismo, y sólo el 3% de ellos veían positivamente a los evangélicos. ¿Cuál es la causa de esta caída dramática en tan poco tiempo? ¿Te preocupa? Y, ¿habría algo pudiéramos y/o deberíamos hacer?

 

Cuando contrastamos a Cristo con el cristianismo de esta generación, es obvio que falta algo; Cristo era atractivo, los cristianos de hoy son en su mayoría poco atractivos. Cuando Cristo habitó entre nosotros, personas que no eran nada como Él llegaban por multitudes para estar con Él. Y aunque Jesús nunca cometió un solo pecado, a los pecadores, inclusive a los peores de ellos, les encantaban estar con Él. Era el hombre más santo con el que jamás se encontrarían, sin embargo les encantaba estar con Él y a Él le encantaba estar con ellos. ¿Qué es lo que causaba que Cristo fuese tan atractivo en su generación? ¿Y qué es lo que ha causado que el cristianismo sea tan poco atractivo en nuestra generación? Hago estas preguntas, porque como cristianos hemos sido llamados a reflejar a Cristo, pero todos los indicios nos llevan a concluir que no estamos haciendo muy buena labor en reflejarlo.  ¿Qué es lo que falta?

 

Muchos años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, el apóstol Juan, ya un anciano exiliado en la isla de Patmos, decidió conmemorar su encuentro con Jesús. Cuando pensaba en lo que experimentó a través de los tres años que convivió con Jesús, en su evangelio, Juan lo describió diciendo que había venido del Padre “lleno de gracia y de verdad”. Los cristianos hemos trabajado vigorosamente en la parte de la “verdad”. Se ve claramente en la gran cantidad de credos, teologías y juntas directivas en las iglesias cristianas que dan forma a su cultura. Pero por el otro lado de la moneda se hace evidente que muchas de estas iglesias se han olvidado de la parte de la “gracia”. Sea que su verdad se incline hacia la izquierda, la derecha o sean centrista, son sólo interpretaciones de la verdad, que a menudo aplican en sus iglesias completamente inconscientes de la ausencia de “gracia”.

 

Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios”.  – Hebreos 12:15 NBD.

 

Esta generación piensa que los cristianos somos un grupo de personas hipócritas, extremistas y peligrosas dedicadas a dispensar nuestra verdad. Pero no nos ven como un grupo de personas sinceras dedicadas a la dispensación de la gracia. Imagínense si, como cristianos, trabajáramos igual de duro dispensando la gracia como lo hacemos dispensando la verdad. Imagínate cómo sería el cristianismo si en vez de competir para ver quien tiene más de la verdad compitiésemos para ver quienes dispensamos más de lo que el Apóstol Pablo llamó las “riquezas incomparables de la gracia de Dios.” Como cristianos, discutimos, peleamos y nos separamos los unos de los otros por causa de puntos teológicos. El problema es que la abundancia de verdad sin gracia ha causado que el cristianismo caiga en desgracia ante esta generación presente, porque la verdad sin gracia está incompleta así como la gracia sin la verdad está incompleta. Sin verdad no puedes ofrecer gracia y sin gracia nunca deberíamos presentar la verdad.

 

Preguntas:

  1. Cuando piensas en la encuesta del grupo de Barna sobre el estado del cristianismo en esta generación, ¿te preocupa? ¿Por qué o por qué no?
  2. ¿Por qué crees que los no-cristianos ven el cristianismo de manera desfavorable?
  3. ¿Por qué crees que los pecadores se sentían atraídos por Jesús?
  4. ¿Debemos o podemos hacer algo para cambiar esta situación?
  5. ¿Qué puedes personalmente comenzar a hacer para formar parte de la solución?

 

¡Amado Jesús que atractivo eres para mí! Desde el instante que te conocí me sentí totalmente atraído hacia ti y quiero que mi vida refleje el amor que siento por ti haciéndome yo también atractivo como cristiano en la vida de otros. Ayúdame a ser como Tú Jesús, que hasta los peores pecadores querían estar contigo y Tú con ellos, ayúdame a asegurarme de que ninguna persona que está a mi alrededor deje de alcanzar la gracia tuya Señor. Todo esto te lo pido en el nombre de tu amado Hijo Jesucristo, amén.