Fe Viva

 

 

Miercoles, 19 de septiembre de 2018

 

¿De que le sirve a una persona creer que el trabajo duro conduce a la prosperidad si no está dispuesto a hacerlo? ¿Qué provecho saca alguien que cree que el ejercicio le brinda una mejor calidad de vida si no está dispuesto a ejercitarse? ¿Qué gana alguien que tiene fe en la palabra de Dios pero no está dispuesto a aplicarla? Lo que una persona cree de nada le sirve a menos que esté dispuesto a aplicarla.

 

Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. Santiago 2: 15-17 NVI  

 

Supongamos que alguien se te acerca con una necesidad genuina y crees que se debe hacer algo por esa persona. Así que oras por la persona y luego te marchas y continúas lo que estabas haciendo. ¿De que sirven tus acciones? Esto no quiere decir que debemos resolver las necesidades de todos; el punto es que si sentimos una necesidad genuina deberíamos orar pero también hacer algo.

 

La fe de por sí nunca es suficiente a menos de que vaya acompañada de acciones. Santiago, el hermano de Jesús nos dice que hay dos tipos de fe; la fe activa o la fe inactiva, la fe aplicada o la fe no aplicada. Y la fe que no se activa o no se aplica de nada sirve, Santiago dice que es una fe que está muerta.

 

El mundo está lleno de personas que creen lo correcto, pero no aplican lo que creen. Peor aún las iglesias están llenas de creyentes que creen lo correcto pero su fe está muerta porque no la aplican. Lo que le da vida a la fe de una persona no es lo que cree, es la aplicación de lo que cree lo que causa que su fe cobre vida. Y esto es tan importante porque Dios decidió preservar y salvar nuestras vidas en el á nuestra salud, nuestras finanzas y todas nuestras relaciones, no en base a lo que creemos sino más bien a través de la aplicación de lo que creemos. De nada nos sirve creer en la palabra de Dios si no estamos dispuestos aplicarla.

 

Padre Celestial gracias por tu Palabra, pero sobre todo gracias porque me enseñas que tengo que aplicar lo que dice cada versículo que he leído y aprendido, porque si no de nada me sirve todo ese conocimiento. Guíame en todo momento, no sólo para mi propio beneficio, sino para que yo pueda servir a otros a través de una fe activa y aplicada como es tu voluntad que sea.