Hacer las paces

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Viernes, 07 de abril

 

Felices los que procuran la paz. – Jesús

 

De niño quizás escuchaste la historia de Zaqueo. Zaqueo era conocido por dos cosas, por ser un hombre muy pequeño en estatura, posiblemente un enano. Y por ser jefe de recaudación de impuestos haciéndolo un hombre muy rico. Los recaudadores de impuestos se consideraban personas no gratas, debido a que se enriquecían recolectando impuestos excesivos y abusivos del pueblo. Un día Zaqueo oyó que Jesús venía pasando por la ciudad en la que él vivía y como era muy pequeño y la multitud era demasiado grande, se subió a un árbol para poder ver a Jesús. Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: «¡Zaqueo! —le dijo—. ¡Baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa». (Lucas 19:5 NLT) Después de este encuentro, Zaqueo se puso delante de Jesús y de los presentes y dijo lo siguiente: “Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más.“(Lucas 19: 8 NVI) Parte del proceso de pedir perdón es:

 

Hacer las paces siempre que sea posible.

 

Cuando queremos hacer las paces con alguien a menudo decirle, perdóname o lo siento, no es suficiente. Por difícil que pueda ser, el disculparse verdaderamente es ineficaz si no estás dispuesto a restituir por la ofensa siempre que sea posible. Por ejemplo, si le has tomado algo a alguien, devuélvelo o reemplázalo. Si le debes dinero a alguien, devuélvelo. Aunque lo tengas que pagar a un dólar por semana por los próximos años. Si le arruinaste la reputación a alguien con tus palabras, no sólo deberías pedirle perdón, deberías también buscar la manera de devolverle su reputación. Si le metiste a alguien confiesa y dile la verdad. Si permitiste que alguien se llevase la culpa por tus faltas, pídele disculpas a la persona o personas y luego acepta la responsabilidad por lo que hiciste. Si te robaste tiempo en tu trabajo, reemplázalo con tu propio tiempo. Cada vez que le pedimos disculpas a alguien siempre deberíamos hacer las paces intentando pagar la deuda o el daño que nuestra falta creó.

 

Hay situaciones que no se pueden reparar. Por ejemplo, si abusaste de alguien física o emocionalmente eso no es algo que puedes pagar. Pero siempre deberías hacer tu mejor esfuerzo para demostrar que tu disculpa es sincera. Porque una disculpa sin hacer reparaciones o restitución es como darle a una persona un regalo de $100.00 y pedirle que te de $100.00 a cambio. No es realmente un regalo. Y una disculpa sin hacer restitución no es realmente una disculpa.

 

Cuando Jesús escucho las palabras Zaqueo le respondió diciendo:

 

 

La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham. Pues el Hijo del Hombre[a] vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.” – Lucas 19:10 NLT.

 

Padre Celestial ayúdame a restituir y a reparar siempre que sea necesario con aquellos que tengo que pedirles perdón, la historia de Zaqueo es un excelente ejemplo que tú me dejaste para que yo viera que hasta el peor de los pecadores se puede arrepentir y restituir el daño que ha ocasionado. Gracias amado Dios por siempre guiarme a tu luz verdadera.

 

 

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