Intimidad: Hablando menos, escuchando más


“Tenemos dos oídos y una sola boca para que podamos escuchar el doble de lo que hablamos’.
– Epicteto

Si somos honestos, la verdad es que a la hora de hablar somos expertos comunicadores, pero cuando se trata de escuchar no somos tan expertos. Mirando hacia atrás en nuestras vidas, ¿cuántos problemas podríamos haber evitado si simplemente hubiéramos escuchado? ¿No es cierto que algunos de los errores más grandes en tu vida se podrían haber impedido si sólo hubieras hablado menos y escuchado más? Tal vez tu error fue una decisión relacional, o quizás una mala decisión financiera. Si lo piensas bien, lo más seguro es que alguien trató de advertirte, pero el volumen de tus propias palabras eran tan alto que no podías escuchar lo que otros intentaban comunicarte.

En una relación íntima es necesario que haya comunicación de dos vías. La verdad es que la mayoría de las veces estamos más interesados en hablar que en escuchar. Esta misma dinámica ocurre en nuestra relación con nuestro Padre Celestial somos rápidos para decirle todo lo que queremos que haga, pero lentos para escucharlo. A menudo, desde la perspectiva de Dios la respuesta a nuestras oraciones es algo que Él quiere decir en lugar de lo que le estamos pidiendo que haga. Cuando se trata de una relación íntima con nuestro Padre Celestial necesitamos aprender a priorizar tiempo a solas con Él, tanto para hablar como para escuchar.

Jesús mientras estuvo en esta tierra modeló para nosotros lo que es priorizar tiempo a solas con su Padre Celestial. Jesús le daba prioridad a su tiempo a solas con Dios por encima de las necesidades de la gente, por encima de su reposo, por encima de su ministerio, Jesús dio prioridad a su tiempo a solas con Dios por encima de todo. Si Jesús a pesar de ser Dios en un cuerpo, a pesar de todo su poder y gloria priorizaba su tiempo a solas con Dios, ¿cuánto más debemos nosotros poner como prioridad pasar tiempo a solas con Dios?

Si vamos a crecer en una relación íntima con Dios el escuchar un mensaje en la Iglesia o en la radio es bueno, pero no es suficiente. Dios quiere una relación íntima contigo. Dios quiere comunicarse contigo íntimamente. Dios quiere que separares tiempo para estar a solas con Él.

Lectura Bíblica

Marcos 1:32-37
Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y endemoniados, de manera que la población entera se estaba congregando a la puerta. Jesús sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades. También expulsó a muchos demonios, pero no los dejaba hablar porque sabían quién era él. Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros salieron a buscarlo. Por fin lo encontraron y le dijeron: —Todo el mundo te busca


Lectura adicional
Marco 6:45,46
Lucas 5:15,16

Padre Celestial quiero pasar tiempo contigo, perdóname cuando me distraigo y no lo hago. También te pido que cuando estemos Tú y yo solos, yo pueda saber cuándo quedarme en silencio para oír lo que me quieres decir.