Intimidad: Un gran riesgo

Intimidad: Un gran riesgo

Verdadera intimidad es ser conocido y aceptado por completo sin ningún temor a ser rechazado. Cuando Dios creó al hombre en el Jardín del Edén había una completa relación, sin temor alguno, el hombre no tenía miedo de Dios y Dios no tenía miedo del hombre. No había iglesias, ni biblias, ni religiones y oye esto, sólo existía una regla. ¡Oh, la famosa regla! La regla que colocaría a la intimidad y todo lo demás en riesgo. La regla que le daría al hombre el máximo poder, la libertad. La libertad de escoger a Dios, o la libertad de rechazarlo.

¿Por qué Dios arriesgaría todo en una sola ley? ¿Por qué mejor ninguna regla? La razón es porque Dios nos creó para estar en una relación íntima con Él, y para que haya una verdadera intimidad ambas personas deben aceptar libremente la relación. ¿Te das cuenta? Dios no sólo quiere amarte íntimamente, Él también quiere ser amado por ti, y sin el libre albedrío la intimidad no sería posible. Sería como tratar de forzar el estatus de mejor amigo sobre alguien. No se puede forzar una relación íntima, sin lugar a dudas ambas partes tienen que estar de acuerdo. Es por eso que Dios lo arriesga todo en una sola regla. Porque sin ella no existiría la libertad, y sin esta libertad no habría verdadera intimidad. Se trata de una relación en la que Dios me escoge a mi y a la vez yo decido escogerlo a Él.

El deseo de Dios es tener una relación íntima contigo. Dios en su libre albedrío te ha escogido a ti, a pesar de tus defectos. Ahora, la única pregunta que me queda por hacerte es: ¿decides tú escogerlo a Él?

Lectura Bíblica

Juan 6:44 NVI
Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió.

1Juan 4:19 NVI
Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.

Padre Celestial que cada día de mi vida yo busque tener una relación íntima contigo, que yo te escoja a ti así como tú me escogiste a mí.