La Gracia: más grande de lo que puedas imaginar.

 

 

Martes 18 de diciembre de 2018

 

La gracia es la razón por la que celebramos la Navidad, porque sin gracia no sería Navidad. Sí, Jesús es la razón de esta temporada, pero si Jesús hubiera llegado sin gracia, todos estaríamos perdidos. La gracia es el regalo del amor incondicional de Dios que nos llega como un favor no merecido. La gracia es siempre más de lo que merecemos y más grande de lo que podemos imaginar. Debido a esto, encuentro que a menudo las palabras solas no son suficientes para definir su significado e importancia, a veces la gracia se entiende mejor a través de una ilustración.

 

Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de platay se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”.– Lucas 10: 34-35 NIV.

En la parábola del buen samaritano, Jesús cuenta la historia de un hombre que había sido víctima de un robo. Al hombre lo golpearon severamente dejándolo desnudo y tirado en la carretera. Muchos miembros prominentes y destacados de la sociedad al pasar lo veían y cruzaban al otro lado de la carretera sin hacer nada para ayudar a la víctima. Pero un extranjero de Samaria que viajaba por esa carretera vio a la víctima y se compadeció de él. Este hombre le cuidó las heridas, lo vendó, lo colocó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y luego cuidó de él.

 

Si esta historia hubiera concluido aquí, ya de por sí sería una gran historia digna de admiración. Pero esta no es únicamente la historia de un hombre bueno y compasivo, esta es una historia en la que Jesús nos ilustra lo que es la gracia. Como dije anteriormente, la gracia siempre es más de lo que podemos merecernos y más grande de lo que podemos imaginar. Al siguiente día el samaritano regresó al alojamiento y le dijo al dueño que cuidara a la víctima dejándole en esencia una tarjeta de crédito sin límites. “Lo que sea, cualquier cosa que necesite esta víctima cárgalo a mi cuenta que yo me hago cargo”. La compasión causó que el samaritano rescatara a la víctima, pero la gracia de forma abundante y extravagante se ocupó de todas las necesidades de la víctima.

 

Jesús es la razón de la temporada pero es por causa de su gracia que la celebramos.

 

Jesús Amado es verdad que Tú eres la razón de la Navidad, pero realmente lo que hace que yo pueda celebrarla es tu gracia sin límites, sin ella estaría completamente perdido y sin esperanza alguna; gracias por la parábola del gran samaritano, que me muestra la gracia que tienes para conmigo y a la vez me da un ejemplo de lo que Tú quieres que yo haga con mi prójimo. Estoy tan agradecido por la gracia que me extiendes cada día de mi vida y por la oportunidad que tengo de extenderla a otros.