La Recompensa

Para la mayoría de las personas la oración está basada exclusivamente en hacerle peticiones a Dios y darle las gracias. Si somos honestos, el pedirle a Dios es la parte que más nos interesa, la posibilidad de que Dios escuchará “mi” petición y la posibilidad de que pueda responder a “mis” oraciones. Por eso, cuando nuestras peticiones tienen mucha importancia para nosotros, o cuando pareciera que Dios no responde a ellas, invitamos a otros a orar con nosotros. Porque creemos que mientras más personas oren mayores serán las posibilidades de convencer a Dios de que nos responda nuestras peticiones. Si esto no funciona, entonces tenemos que sacrificarnos y hacer un ayuno; y mientras más importante es la petición más largo es el ayuno, pensando que nuestro sacrificio es lo que va a convencer a Dios. No hay nada malo con el enfoque de pedir y agradecer, pero definitivamente no es el objetivo principal por el cual debemos orar.


Mateo 6: 6 NTV

Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.

La palabra de Dios nos enseña que Dios conoce nuestra petición de oración antes de nosotros formularla. La palabra de Dios también nos enseña que Dios ya ha determinado cuál es la respuesta a nuestra peticiones antes de pedirlas. Una vez más, permítanme decir que no hay nada malo con el enfoque de pedir y agradecer. Puedes pedirle a Dios todo lo que quieras, pero entiende que Dios ya sabe lo que quieres y que ha determinado cómo Él te responderá. Entonces, ¿por qué oramos?

Imagínate que tu conversación con tu padre terrenal fuese solamente para pedirle y agradecerle. Imagínate como padre que por la única razón que tus hijos se comunican contigo es para pedirte cosas y luego darte las gracias por ellas. No hay nada malo en ello, pero como padres queremos más. Queremos conocer a nuestros hijos y que ellos nos conozcan a nosotros. Lo mismo pasa con nuestro Padre Celestial, Él quiere que vayamos más allá de nuestras peticiones. Él desea que le revelemos nuestros pensamientos más íntimos, quiénes somos y lo que está pasando en nuestras vidas. Pero lo más importante es que Él quiere revelarnos quién es Él y lo que piensa. Él quiere más que cualquier otra cosa una relación personal contigo y no sólo como “Dios todopoderoso”, sino más bien una relación con el “Dios Todopoderoso”, que lo que más desea es ser tu Padre Celestial.

Es Simple, el orar es mucho más que pedir y agradecer, la oración es el vehículo para establecer y crecer en una relación personal con tu Padre Celestial. Y siempre obtienes esta recompensa cuando oras.

Padre Celestial, gracias porque tú sabes antes de que te pida lo que es mejor para mí y ya predeterminaste cómo me vas a contestar, de esta manera ese tiempo que quiero pasar junto a ti lo podemos aprovechar disfrutándonos el uno al otro. Yo revelándote mis pensamientos y Tú revelándome quién eres, mientras me muestras tu amor de una manera íntima y profunda.