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Jueves, 10 de marzo

Si bien es cierto que para cada problema hay una solución, ¿porqué es que hay tantos problemas? De la misma manera que un problema claramente definido capta la atención, la solución al problema capta la imaginación. Los políticos son buenos captando nuestras mentes para pintarnos una imagen de los problemas, pero no muy buenos captando nuestra imaginación para pintarnos una imagen de lo que podría y debería ser. La mayoría de los problemas son evidentes y la mayoría de las soluciones también. La diferencia es que los problemas son visibles y tangibles, pero las soluciones requieren que imaginemos el futuro de tal manera que demande un cambio en el presente.

Nehemías 2:17 NVI

—Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros!

Nehemías estaba convencido de que su propósito divino era el de ser parte de la solución al problema, pero también entendía que nunca podría resolver este problema por su cuenta. Necesitaba la ayuda del pueblo de Jerusalén. Así que reúne el pueblo y capta sus mentes haciéndoles ver el problema existente, pero luego se mueve para capturar la imaginación del pueblo pintándoles con palabras lo que el futuro podría y debería ser.

Dios te creó con un propósito divino; se supone que seas parte de la solución a un problema. ¿Te encuentras soñando despierto acerca de lo que podría y debería ser? ¿Tienes una imagen mental clara de lo que debería ser el futuro? ¿Podrías pintar esa imagen mental en los corazones y en las mentes de los demás? Nadie logra el propósito de Dios a solas. Se necesita un equipo de personas que se presten para ser la solución al problema. Un problema claramente definido capta la mente de las personas y una solución pintada con precisión capta la imaginación.

Nuestra responsabilidad es la de aportar una solución a un problema, pero necesitamos crear una imagen mental de la solución. Hay que soñar e imaginar lo que podría ser el futuro. ¿Qué solución propones al problema o los problemas que tienes por delante? Comienza imaginándote lo que podría ser el futuro.

 

Imagínate un matrimonio que…

Imagínate niños que….

Imagínate una familia en la que…

Imagínate una empresa que…

Imagínate una iglesia en la que…

imaginate…

 

Padre Celestial ayúdame a no sólo ver el problema claramente, sino a poder imaginarme la solución, a ver claramente lo que podría y debería ser. Gracias por enseñarme que para cumplir tu propósito divino en mí no sólo necesito visión sino también de las personas que has puesto en mi vida.