Es increíble las cosas que estamos dispuestos a hacer cuando nuestros corazones desean algo o a alguien, vemos y escuchamos a Dios en casi todo. Y lo interesante es que Dios sí quiere revelarte Su voluntad en tu vida, pero si realmente quieres descubrir Su voluntad y dirección vas a tener que aprender a leer su mapa.

La Biblia es la herramienta más poderosa que existe para descubrir la dirección de Dios en nuestras vidas. Pero desafortunadamente es un mapa que muchos no saben leer y peor aún, es un mapa que mucha gente ha malinterpretado. Entonces, la pregunta es: ¿Cómo debería utilizar la Biblia para descubrir cuál es la voluntad de Dios para mí?

Empecemos por reconocer que cuando buscamos la voluntad de Dios nosotros no pensamos de la misma manera que Él piensa. En Isaías 55 Dios mismo dice que sus pensamientos y los nuestros no son los mismos, que están tan separados como los cielos de la tierra. Cuando se trata de lo que nuestros corazones desean, no pensamos ni actuamos igual que Dios. El problema para nosotros es que al tomar nuestras decisiones nos basamos en lo siguiente:

Nuestro contexto limitado
Según nuestras experiencias.

Nuestro punto de vista
Impactado por nuestros deseos y temores.

Resultados finales
Pero adivinando, porque no tenemos ninguna garantía de que nuestras decisiones nos llevarán a lograrlos.

Sería imposible tomar una mala decisión si tuviésemos:

Un contexto más amplio
Que cubriese todas las experiencias humanas.

Un punto de vista eterno
Que cubriese todo el pasado, el presente y el futuro.

En términos de resultados finales
Sabiendo cómo terminará cada decisión que podamos tomar.

¡Esto es precisamente lo que la Biblia nos ofrece! la posibilidad de ver, analizar y meditar en ella y encontrar la dirección correcta para cada una de las situaciones que se nos presenten. Es el poder de tomar decisiones desde la perspectiva de Dios y luego sentarnos y disfrutar de los resultados finales.

Salmos 119: 105 NVI

Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.

Salmos 119: 23-24 NVI

…este siervo tuyo medita en tus decretos. Tus estatutos son mi deleite; son también mis consejeros.

En estos versículos, el rey David nos enseña tres cosas simples que podemos hacer para poder comprender mejor y utilizar la palabra de Dios para descubrir su voluntad en nuestras vidas.

1. Meditar
Meditar significa enfocar tus pensamientos, no es dejar tu mente en blanco. Enfoca tus pensamientos en la palabra de Dios, analízala y estúdiala y permite que se convierta en tu guía espiritual e intelectual. El Rey David dijo que de día y de noche él meditaba en la palabra de Dios. Si quieres descubrir la voluntad de Dios tendrás que aprender a meditar en su palabra.

2. Deleitarse
Mientras más medites y apliques la palabra de Dios, más aprenderás a deleitarte en ella. Inicialmente la palabra de Dios puede ser muy difícil de aceptar, después de todo, no pensamos de la misma manera que Dios piensa. Pero mira lo que el rey David dijo acerca de la Palabra de Dios: ¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel. Tus mandamientos me dan entendimiento; ¡con razón detesto cada camino falso de la vida! – Salmos 119: 103-104. NTV

3. Consejero

EL Rey David veía la palabra de Dios como mucho más que textos antiguos y sagrados, él la veía como los consejos literales de Dios para su vida. Así que cuando necesitaba dirección utilizaba la palabra de Dios como su consejero. También deberíamos utilizar la palabra de Dios para sea nuestro principal consejero y asesor en todas las decisiones que tomamos, no importa si son grandes o pequeñas.

Mientras más medites en la Palabra de Dios y la apliques, más motivos encontrarás para deleitarte en ella y al deleitarte en ella se convertirá en tu fiel consejero para todas las situaciones de tu vida. Y nunca estarás falto de dirección ni de saber cuál es la voluntad de Dios para tu vida.

Es simple, la palabra de Dios debe ser una lámpara a tus pies y una luz que te señale el camino.

Padre Celestial gracias porque en tu palabra encuentro la respuesta para cada situación de mi vida, al meditar en ella no sólo descubro tu voluntad, sino que también la disfruto y me deleito porque veo los resultados de buscar tu dirección.