Mirando a Jesús

En el Nuevo Testamento encontramos el libro de Hebreos, un libro que fue escrito a un grupo de hombres y mujeres judíos que se habían convertido de su fe hebrea para ser seguidores de Jesucristo. Debido a su cambio de fe estos hombres y mujeres estaban pagando un precio muy alto en su cultura. Los establecimientos hebreos decidieron cerrarles sus puertas. Los judíos tradicionales no negociaban con los judíos cristianos, no permitían que ellos les compraran sus productos. Además los judíos tradicionales no socializaban con los judíos cristianos ni permitían que sus hijos socializasen con los hijos de ellos. Estos judíos cristianos estaban pagando un precio muy alto por su decisión de seguir a Jesús. A estas personas se les había enseñado que Jesús regresaría por ellas, pero los años pasaban y Jesús no regresaba. Así que al mirar sus circunstancias se preguntaron, ¿de qué nos sirve seguir a Jesús si vamos a pagar un precio tan alto económica y socialmente? Así que empezaron a abandonar su fe cristiana para volver a su fe hebrea.

El propósito del autor del libro de Hebreos era causar que los hebreos cristianos no abandonaran su fe por causa de las circunstancias tan difíciles que estaban atravesando. El objetivo era hacer que basasen su fe en Jesús y lo que Él había hecho en lugar de basarla en sus circunstancias.

Hebreos 12: 1-2 RVC

Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.

Al igual que los hebreos cristianos en el primer siglo nosotros también tenemos la tendencia de mirar nuestras circunstancias adversas y cuestionar a Dios y a nuestra fe. Y al igual que ellos nos sentimos tentados a volver a nuestras viejas costumbres. Pero en las adversidades que presentemente confrontamos la respuesta sigue siendo la misma que hace dos mil años atrás. No mires a tus circunstancias para reafirmar tu fe, sino más bien fija tus ojos en Jesús como la confirmación de tu fe. Después de todo, ¿no es verdad que somos pésimos intérpretes de nuestras circunstancias? Algunas circunstancias que pensamos que eran buenas resultaron malas y algunas que pensamos eran malas resultaron ser buenas. Así que en vez de mirar las circunstancias como una reafirmación de nuestra fe, mejor pongamos nuestra vista en Jesús, el que habitó en medio nuestro, murió por nosotros y luego resucitó. Siempre que sientas que tu fe necesita ser reafirmada, en vez de mirar y analizar tus circunstancias mejor mira y piensa en lo que Jesús hizo por ti. Y Si él hizo todo eso por ti y por mi, entonces podemos estar seguros de que Él se preocupa por nosotros, que Él cuida de nosotros y que también El regresara por nosotros.

Es simple, Jesús es el fundamento de nuestra fe, no importa lo que está sucediendo a tu alrededor.

Amado Jesús, ayúdame a mantener mi mirada en ti y no permitas que yo vuelva a mis viejas costumbre por causa de las circunstancias de la vida, que tratan de apartarme de tu amor. Te pido que me ayudes a mantenerme firme en ti que eres el fundamento de mi fe.