Misión cumplida

 

 

Lunes, 05 de febrero de 2018

 

La Misión

A Jesús, el Hijo de Dios, se le encomendó la misión más importante de toda la historia de la humanidad, salvar al mundo pasado, presente y futuro en tan solo 3 años. Sin embargo, antes de que Jesús comenzara esta gran misión, lo primero que hizo fue pasar 40 días a solas con Dios.

 

Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí estuvo cuarenta días, viviendo entre las fieras y siendo puesto a prueba… – Marcos 1: 12-13 NVI

 

La Prioridad

Una tarde, cuando el sol ya se había ocultado, una aldea completa se reunió en la puerta de la casa en la cual Jesús se estaba quedando. Algunos estaban enfermos y otros poseídos. Jesús fue ministrándolos uno a uno y sanó a muchos de ellos. De madrugada al día siguiente llegaron más personas esperando que Jesús los sanase, pero Él se les escapó para buscar un lugar en donde estar a solas con Dios. Porque para Jesús, estar a solas con Dios era Su prioridad.

 

Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros salieron a buscarlo.  Por fin lo encontraron y le dijeron: ―Todo el mundo te busca. – Marcos 1: 36-37 NVI

 

Tomando decisiones

Llegó la hora de que Jesús eligiera a los doce hombres que se convertirían en parte de la misión más importante de la historia de la humanidad, a los apóstoles. Esta era una gran decisión, porque si estos hombres no cumplían su parte la misión fracasaría. Pero antes de que Jesús, el Hijo de Dios, escogiera a estos hombres, fue a la ladera de una montaña donde pasó la noche orando.

 

Cierto día, poco tiempo después, Jesús subió a un monte a orar y oró a Dios toda la noche. Al amanecer, llamó a todos sus discípulos y escogió a doce de ellos para que fueran apóstoles…  – Lucas 6: 12-13 NVI

 

Que no se detenga la misión

Tuvo que haber sido uno de los días más largos y difíciles de la vida de Jesús. Era temprano ese día que Jesús se encontraba rodeado por una gran multitud, cuando se le informó que su primo Juan el Bautista había sido decapitado. Su reacción inicial fue cruzar un lago para estar solo con sus discípulos. Pero las multitudes lo siguieron y cuando Jesús los vio sintió compasión por ellos, y comenzó a ministrarles por sus necesidades hasta la tarde. Cuando llegó el momento de despedir a la multitud, los discípulos le dijeron a Jesús que ellos no tenían adonde ir para buscar comida. Entonces Jesús milagrosamente alimentó a cinco mil personas con solo unas pocas cestas de pan y pescados. Pero a pesar de todos los acontecimientos y cuan angustiado o agotado se sentía, Jesús subió a una montaña para pasar tiempo a solas con Dios.

 

Inmediatamente después, Jesús insistió en que sus discípulos regresaran a la barca y comenzaran a cruzar el lago hacia Betsaida mientras él enviaba a la gente a casa. 46 Después de despedirse de la gente, subió a las colinas para orar a solas. – Marcos 6: 45-46 NVI.

 

La Revelación

Había llegado el momento en que Jesús le revelaría los detalles de la misión que Dios le había encomendado a los apóstoles. Él les dijo que el plan de Dios era que Él sufriera, muriera y luego resucitara al tercer día.

 

Cierto día, Jesús se alejó de las multitudes para orar a solas. Solo estaban con él sus discípulos, y les preguntó:  —¿Quién dice la gente que soy? Jesús les advirtió a sus discípulos que no dijeran a nadie quién era él.  —El Hijo del Hombre[e] tendrá que sufrir muchas cosas terribles —les dijo—. Será rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.  – Lucas 9: 18, 21-22 NVI.

 

¿Abortamos la misión?

Cuando a Jesús se le acercaba la hora de morir en la cruz, estaba con los apóstoles y comenzó a sentir una gran presión. Si alguna vez hubo un momento para abortar la misión, este era ese momento. Era la última salida antes de tener que pagar el peaje. ¿Qué hace Jesús?

 

Se alejó a una distancia como de un tiro de piedra, se arrodilló y oró: “Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía”. – Lucas 22: 41-42

 

Preparaciones finales:

Era la hora de cumplir la misión, había llegado el momento en que Jesús sería colgado en la cruz por los pecados del mundo. ¿Cuáles fueron los preparativos finales de Jesús? Fue al Jardín de Getsemaní para estar a solas con Dios.

 

Fueron al huerto de olivos llamado Getsemaní, y Jesús dijo: «Siéntense aquí mientras yo voy a orar». -Marcos 14:32.

 

Dios es la Misión

De principio a fin, Jesús entendía la importancia de pasar tiempo a solas con Dios. Cuando todos lo buscaban y cuando nadie quería estar cerca de Él, siempre priorizaba su tiempo a solas con Dios. Antes de tomar decisiones cruciales, pasaba tiempo a solas con Dios. Cuando las multitudes lo seguían y cuando recibió la devastadora noticia del asesinato de su primo, no obstante, priorizó su tiempo a solas con Dios. Antes de revelarle a sus discípulos los detalles de la misión, pasó tiempo a solas con Dios. Cuando la presión y el estrés de su tarea eran demasiado difíciles de soportar, eligió pasar tiempo a solas con Dios. Y cuando llegó el momento más crucial en la historia de la humanidad y la cruz estaba justo ante Él, Jesús eligió pasar tiempo a solas con Dios.

 

Si Jesús el Hijo de Dios, priorizaba a Dios en todo lo que hacía, ¿cuánto más nosotros no deberíamos buscar pasar tiempo a solas con Dios en todo lo que hacemos? Antes de comenzar algo y antes de terminarlo. En tiempos buenos o malos. Cuando necesitamos tomar decisiones cruciales o ejecutar las decisiones ya tomadas. Incluso cuando la presión es excesiva, debemos pasar tiempo a solas con Dios. Si Jesús prioriza el tiempo a solas con Dios, ¡nosotros también deberíamos! Porque cuando todo está dicho y hecho, la misión siempre es priorizar a Dios.

 

Padre Celestial ayúdame a cada día de mi vida imitar más y más a Jesús, mi Rey y Salvador, es imitándolo a Él que te permito a ti transformar mi carácter y puedo cumplir la gran misión que me encomendaste de acercar a otros a una relación creciente con Jesús, y la única manera es priorizándote a ti en todo. Mi tiempo a solas contigo tiene que ocupar el primer lugar en mi vida, porque si tu Amado Hijo siendo perfecto siempre lo hizo, ¡cuanto más yo debo hacerlo!