Es curioso que la razón por la cual algunas personas oran y otras por las que dejan de orar es la misma. Algunas personas, de hecho la mayoría oran porque quieren que Dios les de algo. Mientras que otras a quienes no se les concedió lo que querían dejaron de orar. Pero como creyentes el orar es mucho más que pedir cosas y luego dar gracias a Dios por lo que nos da. No hay absolutamente nada de malo en llevar todas tus peticiones ante Dios, pero si el pedir y dar gracias es de lo que se trata la oración para ti, entonces te has perdido de las partes más importantes de orar.

 
El orar se trata de edificar una relación con tu Padre Celestial.

 

 

“Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre…

 – Jesús (Mateo 6: 9 NVI)

 

La mayoría de las veces cuando oramos tratamos a Dios más como el genio de la lámpara que como nuestro Padre Celestial. El nombre “Padre” habla de una relación de amor basada en autoridad, respeto y confianza.

 

El orar se trata de descubrir la voluntad de Dios para tu vida.

 

… venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…
 – Jesús (Mateo 06:10 NVI)

 

El propósito de la oración es rendir nuestra voluntad a nuestro Padre Celestial, no es imponer nuestra voluntad sobre Él.

 

El orar declara tu dependencia en Dios.

 

… Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.”

 – Jesús (Mateo 6: 11-13 NVI)

 

Cuando oramos lo que estamos haciendo es reconociendo nuestra dependencia de Dios para la provisión, el perdón y la protección. Una persona que no ora es una persona que depende más de sí misma que de Dios.

 

• Provisión es reconocer que todo lo que quiero, necesito y tengo viene de Dios.

 

• Perdón es reconocer que nunca puedo ser lo suficientemente bueno como para tener una   relación con Dios sin Su perdón.

 

• Protección es reconocer que nuestro Padre Celestial nos cuida y nos salva de peligro y accidentes todos los días aunque nunca lo sepamos.

 

Es simple, la oración es mucho más que pedir y dar gracias a Dios. Se trata de construir una relación con nuestro Padre Celestial, se trata de descubrir su perfecta voluntad en nuestras vidas y de reconocer lo mucho que dependemos de Él.

 

Padre Celestial reconozco mi dependencia de ti para que me proveas, me perdones y me protejas, te necesito en cada área de mi vida, por esto ayúdame para que la oración siempre sea mi primera prioridad todos los días.

 

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