Piensa antes de hablar

Casi todos los argumentos, casi todas las peleas y casi todas las guerras estuvieron precedidas por palabras. Casi todas las reconciliaciones, casi todas las treguas, y casi todas las declaraciones de paz estuvieron precedidas por palabras. Las palabras tienen el poder de derribar y también tienen el poder de edificar. De hecho, la Biblia dice: “Algunas personas hacen comentarios hirientes, pero las palabras del sabio traen alivio.” (Proverbios 12:18 NTV). Apuesto a que tú me puede contar de personas que con sus palabras te hirieron profundamente. Pero también estoy seguro de que me puede contar de personas que te hablaron palabras que te levantaron, aun incluso en tus momentos más difíciles. Ese es el poder de las palabras. Es por eso que debemos ser prudentes con nuestras palabras. Es por eso que debemos de pensar antes de hablar.

Efesios 4:29 NVI

“Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan”.
– Apóstol Pablo

Según el apóstol Pablo todas las palabras que decimos y a quien se las decimos deberían de tener dos propósitos: el primero: cada palabra debería edificar a quienes las escuchan y no a quienes las hablan. El segundo: cada palabra debería ser de bendición para quienes las oyen y no para quienes las hablan. Para la mayoría de nosotros esto debería de producir un cambio radical en nuestra forma de comunicarnos y de cómo utilizamos nuestras palabras. Tenemos que aprender a preguntarnos antes de hablar: ¿Como es que mis palabra van a edificar al que me escucha? Y ¿Cómo es que mis palabras van a ser de bendición para el me escucha? Y si nuestras palabras no edifican y bendicen al oyente deberían entonces considerarse palabras obscenas (no aptas), ósea que ni siquiera se deberían de pronunciar.

Permíteme darte algunas sugerencias en cuanto a cómo puedes utilizar tus palabras para el beneficio de los demás:

• Bríndales a menudo un cumplido a los demás
En lugar de tratar de buscar un cumplido para ti mismo por lo que haces o no haces, Intenta brindarles cumplidos a otros por lo que hacen o dejan de hacer.

• Da gracias específicamente
Cuando alguien nos hace un favor o tiene un acto de bondad para con nosotros, no importa de quien se trate, debemos reconocerle ese acto específico y darle las gracias por ello.

• Escucha más y hablar menos
Éste punto se explica por sí solo.

Es simple, cada palabra que decimos debe beneficiar al oyente y si no cumple ese cometido, entonces no se debería hablar.

Padre Celestial tu Palabra me enseña que mi lengua tiene el poder de la vida y la muerte, por esto te pido que me ayudes a ser prudente cada vez que hable, no permitas que de mi boca salgan palabras que puedan dañar a los demás, sino que por el contrario, que sean de edificación y bendición para sus vidas.