PODER

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Miércoles, 8 de julio

Poder es algo que todos tenemos de una manera u otra. Algunos tienen más poder que otros, pero todo el mundo tiene poder. Los padres tienen poder sobre sus hijos, los jefes tienen poder sobre sus empleados, y personas con dinero tienen poder en el mercado. El poder viene de muchas maneras. Tenemos el poder de servir a los demás o de servirnos a nosotros mismos, tenemos el poder de amar o de ser apáticos, tenemos el poder de hacer el bien o de hacer el mal. Todos tenemos un grado de poder pero la verdad es que nunca es suficiente, por eso siempre estamos buscando obtener más. Quizás más poder económico, más poder para influenciar, o tal vez más poder para alcanzar nuestros sueños. Sin embargo, cuando se trata del poder la pregunta importante no es cuánto tenemos o cuánto nos gustaría tener. La pregunta importante es: ¿Qué estamos haciendo con el poder que tenemos?

 

Hace un poco más de dos mil años atrás había un hombre muy poderoso llamado Poncio Pilato designado por el emperador romano Tiberio para ser el gobernador de Samaria y de Judea. Sus responsabilidades principales eran recaudar impuestos y mantener la paz. Pero era evidente por la manera cómo Pilato utilizaba su poder que no le caían bien los judíos. Y de igual forma es obvio que a los judíos tampoco les caía bien Pilato. Sin embargo Pilato tenía que tratar con ellos y de vez en cuando los judíos necesitaban algún favor de él. En una ocasión los líderes judíos necesitaban que Pilato utilizara su poder para concederles un favor, ellos habían arrestado a un hombre llamado Jesús a quien querían sentenciar a muerte, pero no lo podían hacer sin la aprobación de Pilato. Así que llevaron a Jesús ante Pilato y después de una breve conversación con él, Pilato no podía encontrar razón alguna para sentenciar a Jesús a muerte. Después de la conversación Pilato se presenta con Jesús ante los judíos y les explica que no podía encontrar una razón por la cual sentenciarlo. Sin embargo, los judíos con ferocidad insistían en una sentencia de muerte. El hecho de que los judíos insistiesen en que sentenciaran a muerte a un hombre judío sorprendió a Pilato. Pilato comenzó a temer que un motín estuviera a punto de estallar, lo que hubiera sido razón suficiente para que el emperador Tiberio lo removiese de su posición de poder. Preocupado por el daño que esto le pudiese causar, él trae a Jesús de nuevo, pero esta vez para azotarlo con el fin de calmar al pueblo. En aquellos tiempos azotar a una persona era lo más cerca que se podía llegar a una sentencia de muerte sin matar a la persona. La mayoría de las personas no sobrevivían a esos azotes, el que no moría en el momento moría eventualmente a causa de las complicaciones de tan graves heridas. Una vez más, Pilato regresa con Jesús y se presenta ante los judíos, esta vez con un Jesús golpeado y todo ensangrentado, pero los judíos aún no estaban satisfechos. No sólo querían ver a un Jesús herido y ensangrentado sino que querían verlo muerto. De nuevo, Pilato queda sorprendido por la reacción y esto le causó mucho miedo. Otra vez Pilato manda a traer a Jesús en donde tiene la siguiente conversación.

 

Juan 19: 8-11 NVI

Al oír esto, Pilato se atemorizó aún más, 9 así que entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús: —¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le contestó nada.

 

—¿Te niegas a hablarme? —le dijo Pilato—. ¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen? —No tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba —le contestó Jesús—.

 

Permítanme simplificar estos versículos. Pilato le dice a Jesús, “¿No te das cuenta de que te quieren crucificar y yo soy el que tengo el poder para librarte de la muerte?” A lo que Jesús le responde: “No Pilato, eres tú quien no se da cuenta de que sólo tienes poder porque Dios te lo dio. Aún no te has dado cuenta de que todo poder viene de arriba. Eres tú el que no sabe que el poder también es temporal y que un día tendrás que rendirle cuentas al que te lo dio”.

 

Y al igual que Pilato, nuestro poder, sea grande o pequeño, procede de arriba, y al igual que Pilato algún día tendremos que rendirle cuentas a Dios por la forma en que lo utilizamos. Quizás no lo sabías pero tu poder, ya sea mucho o poco, viene de Dios y todos tendremos que rendirle cuentas a Él. Tanto a ti como a mí se nos ha dado algún nivel de poder y la pregunta importante es: ¿Qué estás haciendo con el poder que tienes? Cuando se trata de tener poder, esta es la pregunta más importante que te debes hacer.

 

El poder es temporal, todo poder es dado por Dios y al final de nuestras vidas todos seremos responsables por la manera en que lo utilizamos.

 

Padre Celestial ayúdame a utilizar el poder que me has dado de una manera que te agrade a ti y esté dentro de tu perfecta voluntad, porque sé que algún día voy a tener que rendirte cuentas de la manera en que lo utilicé. Gracias por revelarme que todo poder procede de ti y que sin ti nada puedo hacer.