Poder y Dirección

 

 

Jueves, 28 de septiembre

 

En la vida tenemos la tendencia a distraernos, lo que nos puede desviar e inclusive hasta puede hacer que nos perdamos. Para algunos la distracción puede estar en un área específica de sus vidas, tal vez en la financiera, la salud, en sus relaciones e incluso espiritualmente. Mientras que para otros la distracción es tan grande que han perdido su propósito en esta vida. En algún momento u otro todos nos distraemos y eventualmente nos desviamos.

 

Recientemente estuve visitando a algunos familiares en el sur de California y aterricé en Los Ángeles, donde alquilé un auto para ir a San Diego. Gracias a Dios por el GPS porque no tenía ni idea de cómo llegar allí. Mientras conducía me distraje y me desvié e inmediatamente el GPS comenzó a hablar conmigo diciéndome, “recalculando”. Pero lo interesante es que el GPS no se molestó conmigo, no me gritó y nunca me trató como si yo fuese un tonto, simplemente oí una voz que me decía, “recalculando” y luego procedió a darme instrucciones para volverme a encaminar. Eso es más o menos lo que el Espíritu Santo de Dios quiere hacer en nuestras vidas, quiere guiarnos cuando nos distraemos y nos perdemos, quiere volvernos a meter en el camino.

 

Juan 16:13 NVI

 

Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.

 

En la vida habrán momentos en que nos vamos a distraer y desviarnos, es por esta razón y muchas otras que Dios nos ha dado su Espíritu Santo, para que actúe como guía cuando nos distraemos y nos desviamos. De la misma manera que el GPS nos guía por las carreteras, el Espíritu Santo quiere guiarte. Imagínate por un segundo que estás perdido geográficamente y tienes un GPS pero decides no encenderlo ni escucharlo. En lo práctico ese GPS no tendría valor alguno para ti. De la misma manera cuando nos distraemos y nos desviamos en nuestras vidas necesitamos encender y escuchar al Espíritu Santo, para guiarnos y volvamos a encaminarnos.

 

Espero y oro que si por las distracciones de la vida te has desviado que aprendas a escuchar la voz amorosa de Dios a través del Espíritu Santo diciéndote, “recalculando”, para volverte a encaminar.

 

PODER, el Espíritu Santo guiándonos cuando nos perdemos y nos desviamos.

 

Padre Celestial gracias porque cada vez que estoy distraído y me desvío puedo vivir con la seguridad de que tu Espíritu Santo me va a guiar para de nuevo entrar en el camino que debo seguir, ese camino que me mantiene cerca de ti.