¿Porqué orar?
¿El orar realmente hace una diferencia? ¿Escucha Dios nuestras oraciones? ¿De verdad se preocupa por los detalles de nuestras vidas? Todos nosotros oramos aunque sea por instinto, es parte de nuestra naturaleza. Si nos encontramos en peligro oramos aunque lo único que digamos sea: ¡Ay Dios mío! A veces oramos por cosas tan triviales como que nos ayude a encontrar las llaves extraviadas en un estacionamiento. ¿Nuestras oraciones realmente hacen una diferencia? ¿A Dios realmente le interesa escuchar nuestras oraciones por más triviales que parezcan?
A veces oramos por cosas que no son tan triviales, esas que esperamos sean importantes para Dios porque lo son para nosotros. Es cuando oramos por un amigo o familiar que está gravemente enfermo y pareciese que Dios está ocupado o hay algo que no estamos haciendo bien al orar. Una vez más, ¿el orar realmente hace una diferencia?
¿Porqué orar? ¿Cuál es el punto? Después de todo parece que Dios ya ha determinado cuál será su respuesta, Entonces, ¿por qué debería orar? ¿Dios verdaderamente prestar atención a mis oraciones? ¿Cuando voy a orar Dios dice silencio todo el mundo que Bobby Jr. está hablando conmigo? A veces pienso que el orar es para personas a quienes Dios les ha dado el don de orar o para las más ancianas.
Como seguidor de Jesús a menudo me doy cuenta de que dependo más de mis acciones que de mis oraciones. Cuando juzgo mis acciones llego a la conclusión de que mis acciones hacen o logran más que mis oraciones. Así que ¿Para qué priorizar el orar? Quiero darles dos razones por las cuales todos deberíamos de orar, y no simplemente orar sino convertirlo en una prioridad, aún por encima de todo lo demás. Te daré la primera razón hoy, pero tienes que leer el devocional de mañana para enterarte de la segunda razón. La primera razón y la más simple de porqué deberíamos orar es porque Jesús oró.
Lucas 5: 15-16 NVI
Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, de modo que acudían a Él multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar.
En los evangelios vemos a Jesús orando a menudo – de día y de noche, y a veces durante toda la noche. Él oraba en todas partes y en toda ocasión. En lo que leímos hoy en Lucas capítulo 5 vemos que Jesús priorizaba el orar, aún por encima de sus deberes y responsabilidades. Si Jesús siendo el Hijo de Dios consideraba que el orar era más importante que sus deberes y responsabilidades, entonces ¿cuán importante debería ser para nosotros? Como pastor se me hace fácil esconderme detrás de mis deberes y responsabilidades y por consecuencia ser negligente en cuanto a mi vida de oración. Pero lo mismo aplica para todos, para el trabajador, el estudiante, el padre o la madre que también serán tentados a priorizar sus deberes y responsabilidades por encima del orar. Pero si tú me preguntas, ¿porqué crees que Jesús tuvo tanto éxito? Mi respuesta sería que su éxito fue más el resultado del tiempo que pasó con Dios hablando que del hecho de que Él era el Hijo de Dios. Porque cuando le damos prioridad a hablar con Dios lo que estamos declarando es que dependemos de Él y no en nuestras habilidades y talentos. Pero también creo que lo mismo aplica para todos nosotros, que mientras más tiempo pasemos hablando con nuestro Padre Celestial más éxito vamos a tener en nuestros deberes y responsabilidades en la vida.
Cuando hablamos con nuestro Padre Celestial lo que en realidad estamos diciendo es: Señor estoy dependiendo y confiando en ti para todo cuanto tenga que lograr. Y nunca se puede confiar en Dios y salir perdiendo.
Es simple, ¿por qué debemos orar? Porque si Jesús dependía de Dios yo también voy a depender de Dios.
Padre Celestial ayúdame a cada día depender más de ti, así como Jesús dependía de ti para todo, porque el propósito de mi vida es parecerme cada día más a El y sin la oración sencillamente es imposible. Gracias porque me puedo acercar a ti con la seguridad de que a ti sí te importa todo lo que tiene que ver con mi vida.
Robert Cruz Jr.
Bobby Cruz Jr. became Senior Pastor of CDA Miami in 1999, continuing the work that his father, Bobby Cruz began in 1980. Bobby Jr. is an engaging speaker whose passion is to lead people in a growing relationship with Jesus. He has five children and he lives with his wife Ana in Doral, FL.