Problemas del Corazón

Grace Devotional 500 px email header

Problemas del Corazón

Hace unos meses atrás, mientras visitaba a unos amigos fuera de los Estados Unidos, me enfermé con lo que parecía ser un grave virus estomacal. Mis amigos de inmediato me llevaron a ver a un médico quien después de hacerme algunos exámenes me aseguró que podría tratar mi condición. Pero luego me dijo que estaba muy preocupado, no por causa del virus, sino por la manera como estaba latiendo mi corazón y me aconsejó seriamente que visitase a un cardiólogo de inmediato. Tan pronto regresé a los Estados Unidos hice una cita para ver a un cardiólogo, después de varios días de diferentes pruebas y exámenes el cardiólogo me aseguró que mi corazón estaba en perfectas condiciones. Obviamente fue un gran alivio, pero esto me hizo pensar que en mi corazón habían problemas más profundos, problemas que ningún cardiólogo en el mundo podía tratar. No, no era un problema de arterias tupidas, válvulas que no estaban funcionando o arritmia. Yo sufría de la misma condición en el corazón de la cual sufren todos lo seres humanos, del pecado en el corazón.

Pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, el robo, la mentira y la calumnia. 20 Esas cosas son las que los contaminan.  – Jesús (Mateo 15: 19-20 NTV)

No hay dieta, rutina de ejercicios o médico que nos pueda curar nuestros corazones de la enfermedad del pecado. Ningún médico o régimen físico puede curarnos de las condiciones más devastadoras del corazón; la codicia, la envidia, el orgullo, el enojo, el egoísmo, la culpabilidad y tantos otros pecados. Sólo Dios puede hacer eso, pero ¿Porqué habría de sanarnos? Después de todo no lo merecemos, después de todo nadie es lo suficientemente bueno como para ganárselo. Pero para que Dios nos pudiese sanar del pecado Él tuvo que pagar un precio demasiado alto, tuvo que entregar la vida de su Hijo Jesús. Pero ¿sabes porqué lo hizo? Porque esa es su naturaleza, Él no nos da lo que nos merecemos, sino más bien nos da lo que nunca nos podríamos ganar o merecer. Eso es precisamente lo que la gracia es, Dios actuando como el cirujano de nuestros corazones, operándonos haciéndonos un trasplante, eliminando el corazón que estaba enfermo y dándonos un corazón nuevo.

Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas. – Ezequiel 36: 26 NTV

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte – Efesios 2: 8-9 NVI

Padre Celestial que grande y maravillosa es tu gracia, esa gracia que me extiendes y que sana mi corazón que es engañoso y no tiene remedio. Sólo Tú puedes hacer eso en mi vida, transforma cada día más este corazón de piedra en uno tierno, compasivo, capaz de mirar a los demás como Tú los miras. Gracias porque sólo Tú puedes transformar el corazón del hombre.