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Miércoles, 30 de marzo

 

“Cuando la ira se enciende, piensa en las consecuencias”

– Confucio

 

Fuiste creado por Dios a propósito y para cumplir un propósito; estás aquí para hacer algo específico y único. Eres como nadie más y Dios quiere utilizar tu combinación de lo bueno, lo malo y sí, aún las cosas que no son tan agradables en tu vida, de una manera que bendigas las vidas de otras personas. Por esta razón, nada podrá darte más satisfacción que el caminar en el propósito de Dios para tu vida. Pero la otra cara de la moneda es que a menudo el andar dentro del propósito de Dios es algo extremadamente difícil y desgarrador.

 

Imagínate lo difícil que tiene que haber sido para Nehemías abandonar su posición y todas sus comodidades como uno de los trabajadores más importantes del rey de Persia para ir a Jerusalén a reconstruir una ciudad cuyos murros estaban destruidos y quemados. Pero Nehemías decide abandonarlo todo y al llegar a Jerusalén reúne al pueblo y ellos deciden abandonar sus trabajos y carreras temporalmente para ser voluntarios en la reconstrucción de la ciudad. Ahora Imagínate lo que Nehemías debe haber sentido cuando descubrió que estos voluntarios estaban perdiendo todo su dinero, propiedades, bienes y aún a sus hijos. Piensa en lo enojado que se puso cuando descubrió que estos voluntarios lo estaban perdiendo todo porque los nobles y funcionarios de Jerusalén estaban abusando de los voluntarios en vez de participar en la obra. Figúrate la rabia que tiene que haber sentido.

 

Nehemías 5: 6-7 NTV

 Cuando oí sus quejas me enojé muchísimo. Después de pensarlo bien, denuncié a esos nobles y a los funcionarios y les dije…

 

Creo que todos podemos estar de acuerdo en que algunas de las palabras más lamentables que hemos hablado probablemente fueron expresadas porque estábamos enojados y que algunas de nuestras acciones más lamentables fueron el resultado del estar enojados. Rara vez oímos las palabras enojarse y pensar juntas, lo que normalmente oímos es que estaba enojado y actué sin pensar o estaba tan enojado que no estaba pensando. Nehemías estaba tan enojado que decidió hacer lo que nosotros normalmente no hacemos, decidió pensarlo bien antes de hablar o de actuar. Creo que Santiago, el hermano de Jesús lo dijo mejor cuando escribió las siguientes palabras:  “Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse. Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios.”- Santiago 1: 19-20 NVI

 

Padre Celestial guíame siempre que me enoje a que mi reacción sea el de detenerme y pensar antes de actuar o hablar, porque Tú nos enseñas que el que se enoja y se deja llevar por su enojo sin pensar primero no hace lo justo delante de ti. Te amo y deseo con todo mi corazón agradarte.