¡Recogiendo el Reguero!

Lunes, 7 de abril

¿Alguna vez has tenido que recoger un reguero que no hiciste? Cuando tenía 16 años mi familia y yo nos mudamos de Puerto Rico a Colorado Springs a formar parte del ministerio de Nicky Cruz. En una ocasión nos enviaron a una casa en las montañas en el medio de la nada, era un hogar de niños abandonados y con problemas mentales. Nuestra tarea asignada era la de limpiar la casa. A nuestra llegada pedimos hablar con la persona encargada. Pronto nos dimos cuenta de que estos niños habían estado viviendo por su cuenta durante semanas sin que nadie se ocupara de ellos. ¡No tienes ni idea de cuan grande era el reguero que encontramos! No era simplemente una cuestión de limpieza, recuerdo que pensé, ¿Por qué yo? ¿Por qué tengo que limpiar este desastre? Hubiese sido más fácil condenar esa casa y empezar de nuevo. No te puedes imaginar lo mal que me sentía en ese momento.

No creo que nos podamos imaginar lo mal que Dios se debe haber sentido en los tiempos de Noé cuando vio el reguero que el pecado había hecho en el mundo perfecto que Él le había confiado a la humanidad. Todo estaba contaminado, sucio y corrupto. ¿Y quiénes eran responsables de este reguero? Las mismas personas a quienes El les encargó protegerla. El reguero era tan grande que todos lo seres humanos juntos no eran capaces de limpiarlo. Así que Dios tomó sobre sí la tarea de limpiar el reguero. Decidió inundar el mundo y destruir a todos los seres humanos quienes habían creado el reguero en primer lugar, Pero porque Dios es un Dios de gracia El no era capaz de destruirlos a todos. En lugar de condenar la casa, Él escogió limpiar el desastre y darle a la humanidad otra oportunidad.

Dios tenía un reguero de proporciones inimaginables en sus manos, un reguero tan grande que nadie aparte de Dios mismo sería capaz de limpiarlo. Que Dios antes de escoger destruir a toda la humanidad Él eligió recoger el reguero, Él escogió extender su gracia. Estoy seguro de que Dios tenía muchas opciones, después de todo Él es Dios. Pero prefirió enrollarse las mangas y recoger el reguero que el pecado había creado.

No creo que nos podemos imaginar lo mucho que nuestros pecados han contribuido a echar a perder el mundo que Dios una vez limpió. No creo que entendemos que nuestros pecados han creado un reguero tan grande que sólo Dios puede limpiarlo. A pesar del hecho de que Dios tiene todo el derecho de escoger destruirnos, su respuesta a nuestro reguero es enviarnos un Salvador, a Jesús. Una vez más Dios decide extender su gracia.

Lectura de la Biblia
Génesis 6:5-8

El Señor vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo. Entonces el Señor lamentó haber creado al ser humano y haberlo puesto sobre la tierra. Se le partió el corazón. Entonces el Señor dijo: «Borraré de la faz de la tierra a esta raza humana que he creado. Así es, y destruiré a todo ser viviente: a todos los seres humanos, a los animales grandes, a los animales pequeños que corren por el suelo y aun a las aves del cielo. Lamento haberlos creado» Pero Noé encontró gracia delante del Señor.

Padre Celestial te doy gracias porque tú siempre eliges extender tu gracia sobre mi vida y recoger el reguero que voy dejando a mi paso. Te pido que me ayudes a hacer lo mismo con todas las personas que están en mi vida, ayúdame a darle a otros lo que tú me das a mi, tu gracia y tu amor, y que yo pueda recoger los regueros de otros así como Tú recoges los míos.