Seducido por la Tentación

 

 

 

Lunes, 02 de abril del 2018

 

Los niños son tentados a desobedecer a sus padres, los hombres son tentados a mirar a la mujer corpulenta cruzando la calle, las mujeres son tentadas a comprar cosas que no deberían comprar y a mi siempre me pueden tentar con “chocolate chip cookies”. Sé que estoy estereotipando, pero mi punto es simplemente decir que cada uno de nosotros somos susceptibles a las tentaciones. Las tentaciones han estado entre nosotros desde el Jardín del Edén, justo después de la creación del hombre vemos a Eva siendo tentada por la serpiente. Cuando recordamos este acontecimiento, descubrimos que la tentación de la serpiente tuvo como objetivo engañar a Eva; o sea que escondida dentro de la tentación había una mentira. Si examináramos cada una de nuestras tentaciones descubriríamos que, de igual manera, cada una de ellas está siendo alimentada por una mentira escondida.

 

Dios le había hablado a Eva y le había dicho que si comía de un árbol en específico el resultado sería la muerte. Pero viene la serpiente y le dice: No es cierto, ¡no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conociendo el bien y el mal”. La verdad es que sí era cierto, sí iban a obtener el conocimiento del bien y del mal. Pero en la parte inicial había una gran mentira, porque el resultado de haberse comido el fruto trajo por primera vez la muerte a la raza humana y desde ese entonces todos mueren.

 

 

Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta.» Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. – Santiago 1: 13-15 NVI

 

Examina las áreas de tu vida en donde eres susceptible a las tentaciones.

 

Si examinases las áreas de tu vida en las que eres susceptible a las tentaciones, también descubrirías que hay una mentira oculta detrás de ellas. Y la mentira es que si cedes a la tentación tu vida será mejor. Pero sabemos que ceder a la tentación conduce al pecado y una vez que el pecado es consumado, éste conduce a la muerte, como en el ejemplo de Eva.

 

Hay dos maneras de vencer las tentaciones. Primero, puedes ceder a ellas y ya no será una tentación. O segundo, puedes permitirle a Dios que renueve tu mente. Que en vez de mirar a la tentación como algo que va a mejorar tu vida, remuevas esa vieja manera de pensar y la substituyas por una nueva; una que te haga pensar que la tentación siempre conduce al pecado y que el pecado una vez consumado conduce a la muerte.

 

Padre Celestial gracias por alertarme para que no me deje engañar y caiga en tentación, muéstrame siempre la mentira que hay detrás de cada tentación y ayúdame a renovar mi mente para así alejarme de la muerte que viene a cada área de mi vida como consecuencia del pecado.