Sígueme

Es Relación, No Religión 

Para muchos cristianos el cristianismo no es nada más que una versión religiosa de un juego llamado “Simón Dice”. Simón Dice es un juego de niños donde un jugador toma el papel de “Simon” y da instrucciones a los demás jugadores, que sólo deben seguirlas si van precedidas por la frase “Simón dice”. La versión cristiana es la misma, pero con una gran diferencia, en lugar de ser “Simón dice” es “Jesús Dice”.

Algunos han encontrado que es difícil mantenerse en el juego
Estas son las personas que por un tiempo decían que eran cristianos, pero el juego se hizo demasiado difícil para ellos. Se dieron cuenta de que no podían ganar en el juego de “Jesús Dice “, por lo tanto decidieron no jugar más.

Hay otros que piensan que juegan bien

En realidad creen que cumplen con todo lo que “Jesús dice”. Si cometen algún error quieren reajustar las reglas del juego o le echan la culpa a otros, siempre creen tener la razón.

Luego hay otros que simplemente no quieren jugar
Estos son los que dicen que no están listos, parece un buen juego pero no es para mí. O tal vez van a hacer comentarios como: “habla con los jóvenes, ellos necesitan estar en el juego y los jóvenes dicen: habla con los viejos, nosotros apenas estamos comenzando a vivir”.

Que fácil es olvidar que la razón por la que Jesús vino al mundo fue precisamente porque el establecimiento religioso estaba en el juego y nadie estaba ganando. Ese juego se llamaba: “La Ley de Dios Dice”. Pero Jesús aparece y dice no estoy aquí para validar el juego, estoy aquí para establecer y validar una relación, no importa si quieres participar en el juego o no.

Mateo 9: 9-13 NVI

Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme», le dijo. Mateo se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos. Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos: —¿Por qué come su maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores? Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios.” Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.

Jesús se acerca a un lugar en donde se recaudaban impuestos y allí sentado haciendo esa labor había un hombre llamado Mateo. Para el pueblo hebreo no había nadie peor que un recaudador de impuestos, ya que estos eran judíos trabajando juntos con el imperio romano para injustamente cobrarles más y más impuestos al pueblo judío. Eran considerados traidores al pueblo hebreo y a la religión. Y Jesús viene y le dice a Mateo, “sígueme”. No hay juegos, no tienes que dejar de hacer esto o empezar a hacer aquello. Lo que nosotros como cristianos a menudo olvidamos es que la invitación a seguir a Jesús no es una invitación a una religión, es una invitación a una relación, no importa quién eres o dónde estás.

La invitación de seguir a Jesús es una invitación a una relación con Dios que no se basa en nuestro carácter, sino más bien se basa en el carácter de Dios. Es una relación que tiene el potencial de transformar tu vida. Mateo aceptó esta invitación y su vida se transformó para siempre. No se basa en la habilidad que tengas de jugar o no jugar el juego, sino más bien se basa en la habilidad transformadora de Cristo.

Es muy sencillo seguir a Jesús, no se trata de religión, mas bien se trata de una relación con Dios a través de su hijo Jesucristo.

Padre Celestial gracias por la oportunidad que me das a través de tu Hijo Jesucristo de tener una relación contigo, sabiendo que Tú me recibes tal cual soy, porque no se trata de lo que yo puedo hacer por mis propias fuerzas, sino de lo que Tú puedes hacer conmigo y a través de mí. Sigue transformando mi vida mientras yo sigo disfrutando de tenerte en ella.