Sostenido Por Su Gracia

 

 

 

Jueves, 02 de noviembre

 

Probablemente has escuchado los testimonios de personas que clamaron a Dios y de manera milagrosa Él apareció en sus situaciones. Es la persona a quien Dios sanó de un cáncer, o que le restauró su matrimonio destruido, tal vez es la familia que había orado a Dios por la adicción de uno de sus hijos y Dios respondió y hoy en día ese joven es un ferviente seguidor de Cristo. Con los años, es muy probable que hayas escuchado más testimonios de los que puedes recordar, pero cuando se trata de tus peticiones parece ser que Dios no escucha tu oración. Has estado orando por un milagro, pero aún no ha llegado y temes que no va a llegar. ¿Será que Dios te ama menos a ti que a aquellos en cuyas vidas ha aparecido?

 

Si alguna vez hubo una persona merecedora de que Dios le concediera un milagro ese fue el apóstol Pablo. Por causa del Evangelio Pablo había hecho muchos sacrificios; lo habían encarcelado y azotado tantas veces que perdió la cuenta. Tres veces fue golpeado con varas y cinco veces le dieron cuarenta azotes menos uno. La razón del menos uno se debe a que treinta y nueve latigazos era lo más cerca que podías llevar a una persona al borde de la muerte sin matarla, el latigazo numero cuarenta habría sido una sentencia de muerte. En una ocasión fue apedreado y dado por muerto. Estas son sólo algunas de las cosas que Pablo sufrió por causa del evangelio. Por otro lado Dios obró milagros extraordinarios a través del apóstol Pablo, milagros tan extraordinarios que se corrió la voz y la gente traía pañuelos y bufandas para pasarlos por la piel de Pablo y luego utilizarlos para tocar a los enfermos quienes al tener contacto con estos artículos de ropa quedaban sanos. Por esto y mucho más podríamos pensar que si había alguien que merecía que Dios el escuchase sus peticiones personales ese sería el apóstol Pablo.

 

2 Corintios 12: 7-9 NVI

Una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara. Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad”.

 

Dios en su gracia algunas veces nos dará la respuesta correspondiente a nuestra petición, pero en otras ocasiones nos sostendrá y nos fortalecerá a través de las dificultades con su gracia. La gracia salvadora de Dios nos salva de nuestros pecados también tenemos la gracia sustentadora de Dios capaz de sostenernos a través de las pruebas, los obstáculos y las tormentas difíciles en nuestras vidas. La gracia sustentadora de Dios es suficiente para poder enfrentar todos los retos en que llegaran a nuestras vidas. Porque la Gracia sustentadora de Dios no sólo es suficiente siempre es más que suficiente.

 

2 Corintios 12: 9-10 NVI

Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

 

Podemos pedirle a Dios cualquier cosas, pero cuando su respuesta no es la que esperábamos siempre nos concede su gracia, de nuevo la gracia es siempre más que suficiente porque la gracia es el poder de Dios operando en y a través de nuestras debilidades. Has estado orando y parece como tú Dios no está contestando tus oraciones? Quizás es tiempo de pedirle que te de su gracia sostenedora, su gracia removerá todos tus temores y te concederá la fuerza para hacerle frente a todo lo que la vida te pueda lanzar.

 

Padre Celestial tú me tratas de una manera individual, tienes un plan perfecto para mi vida y sabes lo que es mejor para mí, por eso, aunque yo no siempre entiendo tu voluntad lo que sí debo entender es que tu gracia es más que suficiente para mí. Gracias porque todo lo puedo en ti que me fortaleces y que es precisamente en mi debilidad que tu poder se perfecciona.