Tienes una historia que contar

 

 

Viernes, 28 de abril

 

“Dime un hecho y aprenderé. Dime la verdad y creeré. Pero cuéntame una historia y vivirá en mi corazón para siempre “. – Proverbio indio.

 

Los mejores comunicadores, oradores, escritores, entrenadores, maestros y líderes son buenos en narrar historias. Se puede argumentar que los mejores políticos, pastores, sacerdotes e incluso padres son buenos en narrar historias. Me atrevería a decir que Jesús, quien es el mejor comunicador de todos los tiempos, Él también continuamente comunicaba la verdad a través de historias. Mientras que los datos y la información impactan el lado racional de nuestras mentes, las historias impactan ambos lados, tanto el racional como el emocional de nuestras mentes. Mientras que los datos y la información llenan de información nuestro intelecto, las historias narradas llenan nuestros corazones de emociones y captan nuestras imaginación.

 

El compartir tu testimonio con otros es un paso necesario e importante en el camino hacia la felicidad y sé que tú tienes una historia que contar. Hay personas a tu alrededor que se beneficiarán al escuchar tu historia, la historia de cómo Dios te ha ayudado a superar las heridas del pasado y los complejos y malos hábitos que en el pasado no habías podido superar. En algunas áreas de nuestras vidas Dios ya ha terminado el trabajo, mientras que en otras áreas Dios aún está trabajando pero vemos el progreso en donde antes no lo había. Te sorprendería saber cuantas personas a tu alrededor están en donde antes tú estabas. Te sorprendería aún más saber cómo Dios quiere utilizar tu testimonio en las vidas de muchas de esas personas.

 

Parte del escoger ser feliz es cederle a Dios de manera voluntaria el convertirnos en sus instrumentos para que a través de nuestro ejemplo y nuestras historias podamos llevarles las buenas noticas de Jesús a las personas que nos rodean. Dios quiere usar nuestras heridas, complejos y malos hábitos para ayudar a otras personas. Puede que no te hayas dado cuenta, pero Dios es un experto en tomar las cosas malas de nuestras vidas y convertirlas y usarlas para bendecir a otros. Tomemos la tragedia más grande en la historia de la humanidad. Dios envió a su Hijo al mundo y lo crucificamos, ¿qué puede ser más trágico que eso? Pero tres días más tarde, Dios tomó la tragedia de la cruz y le dio una vuelta convirtiéndola en la bendición más grande de todos los tiempos. Y de esa misma manera Dios quiere utilizar la historia de tus heridas, complejos y malos hábitos para bendecir a otros.

 

Alguien una vez dijo que si el orador habla de sus atributos en poco tiempo se queda sin material, pero si habla de sus dificultades y sus debilidades nunca se quedará sin material. Dios nunca quiere desperdiciar tus heridas, complejos o malos hábitos y tú no deberías hacerlo tampoco. Tienes un testimonio que contar, una historia acerca de lo que Dios ha hecho en ti cuando te entregaste a Él y un testimonio de lo que Él continúa haciendo en tu vida desde que te entregaste a Él. En mi próximo post te daré algunos consejos acerca de cómo componer y contar tu historia. Pero mientras tanto, recuerda lo siguiente:

 

[Dios] quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. – 2 Corintios 1: 4 NVI- 2 Corintios 1: 4 NLT.

 

Qué bueno es tener la certeza de que tengo un Padre Celestial que es capaz de tomar todos mis complejos, malos hábitos y heridas para hacer algo bueno con todo eso, tu amor me llena de paz y gozo Señor, porque todo obra para bien para los que te amamos, ayúdame a contar mi historia amado Dios, de todo lo que has hecho y sigues haciendo en mi vida desde el momento que te entregué mi vida a ti. Te amo y mi corazón está lleno de agradecimiento a ti.

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