Transiciones

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Jueves, 21 de enero

Todo lo que crece cambia, nada permanece igual, nuestras vidas se mantienen en un constante cambio. Hay cambios positivos y negativos, hay cambios que abrazamos y cambios que resistimos. Nuestras vidas son una constante búsqueda o al menos la esperanza de un crecimiento positivo. Pero antes de poder crecer hay que pasar por el período de transición. Este período es el espacio que existe entre donde comienzas y donde vas a terminar. Algunas transiciones son el flujo natural de la vida, mientras que otras son inesperadas y a veces forzadas. El problema con las transiciones es que siempre nos crean estrés. Pero es precisamente en esa fase de transición en la que Dios hace su obra más grande en nosotros. Piensa en la transición que José tuvo que atravesar antes de ver realizada la promesa de Dios en su vida. Un día Dios le habla a José a través de un sueño y le revela que algún día él se convertiría en un rey. Lo próximo que le sucede es que sus hermanos lo venden como esclavo y José entra en una estresante transición que duró trece años antes de convertirse en rey. Per fue en esos trece años de transición que Dios hizo su obra más grande en la vida de José, convirtiéndolo en uno de los reyes más sabios de todos los tiempos. José pudo haber optado por oponerse al período de transición, pero al leer su historia, vemos que a través de esa transición José, en vez de oponerse a la voluntad de Dios, hizo todo lo contrario y la abrazó.

 

Isaías 50: 7 NVI

Debido a que el Señor Soberano me ayuda, no seré avergonzado. Por lo tanto, he puesto el rostro como una piedra, decidido a hacer su voluntad.

 

No puedes crecer sin cambiar, y no puedes cambiar sin antes tener que pasar por las transiciones. Pero recuerda que es en el período de transición que Dios va a hacer su obra más importante en tu vida.

 

Padre Celestial, quiero crecer, quiero ver cambios en mi vida. Ayúdame a aceptar y pasar por las transiciones sabiendo que son una parte importante de tu plan de crecimiento para mi vida.