Una Nueva Persona

 

 

Lunes 03 de septiembre de 2018

 

Cuando escuchas los testimonios de personas que han alcanzado el éxito muchos dicen que palabras como “no puedes” o “nunca lo vas a lograr” se convirtieron en una de las principales fuentes de motivación para alcanzar el éxito. Y personalmente tengo que admitir que yo también he pensado así, especialmente en mi misión como líder de una iglesia yo también he utilizado las palabras negativas de otras personas como una fuente motivadora para no rendirme en mi visión de crear una organización que conduzca a muchas personas a entablar un relación con su Padre Celestial. Pero con una gran diferencia, también reconozco mis inhabilidades. También reconozco que hay cosas que simplemente no estaba capacitado para hacer.

 

Como cristianos no existe ninguna otra área en las que nuestras inhabilidades sean más evidentes que en el área de nuestro carácter e integridad. ¿Cuántas veces no le hemos hecho promesas a Dios que no pudimos cumplir? Le prometimos, nos comprometimos y aun nos hemos vuelto a comprometer pero no pudimos cumplir nuestra palabra. Peor aún, no solo somos incapaces de cumplir nuestras promesas a Dios, sino que ni tan siquiera aprobamos o estamos de acuerdo con Él. Porque sabemos cual es su voluntad para nuestras vidas pero no somos capaces de comprender y aceptar su voluntad para nuestras vidas.

 

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. Romanos 12: 2 NVI

 

A menudo lo que Dios quiere para nuestras vidas no es un misterio, sabemos lo Él quiere para la mayoría de las áreas de nuestras vidas, el problema es que no creemos que lo que Dios quiere es bueno, mucho menos agradable y sin duda no es perfecto, por lo menos no lo es para mí y en mi situación. El apóstol Pablo básicamente nos enseña que nuestra inhabilidad de aceptar la voluntad de Dios es el resultado de una mala programación, es el resultado de habernos conformado a los patrones de este mundo y no a los de Nuestro Padre Celestial quien creó el mundo.

 

Pero cuando oramos, “Señor he intentado ser la persona que tú quieres que sea en todas las áreas de mi vida pero no tengo la habilidad de consistentemente hacerlo. Me rindo, renueva mi mente desinstalando la vieja programación y reprográmame para poder ver mi vida desde tu perspectiva”. Sinceramente creo que Dios responderá a esa oración, y con la respuesta vendrá la habilidad, no sólo de ver las cosas desde la perspectiva de Dios, sino también la de comprobar y aprobar con todo el corazón la voluntad de Dios para tu vida.

 

El factor motivacional más poderoso no deberían ser las palabras negativas de otros, sino más bien el resultado de permitirle a Dios que nos transforme a través de la renovación de nuestras mentes. Y como parte de la renovación vendrá la habilidad de poder ver que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta.

 

Padre Celestial deseo con todo mi corazón comprobar y aprobar la voluntad tuya en mi vida, ayúdame a que esa palabra tan poderosa que dice que tu voluntad es buena, agradable y perfecta no sea algo que yo simplemente repito, sino que yo la viva en todas las áreas de mi vida. Te doy las gracias de antemano amado Dios, porque Tú siempre escuchas mis oraciones.