Lunes, 26 de diciembre

 

El comienzo del año es típicamente la temporada para reflexionar, repensar, reiniciar, retomar y rehacer nuestras vidas. Es la temporada de las resoluciones, es la temporada de buscar la auto superación, de tratar de crear una mejor versión de nosotros mismos. El problema es que sólo llevamos doce días de este nuevo año y probablemente ya has roto algunas, por no decir todas, las resoluciones que hiciste. Ibas a comenzar una dieta, ahorrar dinero y pasar más tiempo con tus seres queridos, pero no ha funcionado de la manera que esperabas. El hecho es de que antes de que llegue el mes de febrero, la mayoría de las personas ya habrán abandonado sus resoluciones. Y año tras año caemos en el mismo ciclo. Comenzamos el año con mucha esperanza, sólo para terminarlo esperando que por fin este próximo que viene sea el que logremos cumplir nuestras resoluciones. Creo que llegó la hora de darle un nuevo enfoque a las resoluciones.

 

Filipenses 2: 3-4 NVI

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.

 

El hecho es que la mayoría de nuestras resoluciones, por no decir todas, se enfocan en nosotros mismos, la intención siempre es que yo logre ser una mejor persona. El problema es que el centrarme en mí mismo no me hace una mejor persona sino todo lo contrario, las personas que se enfocan en sí mismas son las que precisamente más tendemos a resistir en nuestras vidas. Porque su enfoque principal es cómo lucen, lo que tienen y lo que hacen, este tipo de persona la encontramos egocéntrica y arrogante. Por eso, si realmente quiere llegar a ser una mejor persona en este nuevo año, si realmente deseas ver un verdadero cambio positivo en tu vida, porqué entonces no haces algo que cause que el mundo sea un mejor lugar o que el mundo de otra persona lo sea. En humildad considera a los demás como superiores a ti aunque en realidad no lo sean. Porque la humildad, más que tus logros acumulados, lo que tienes y como luces, te hará una mejor persona en este nuevo año.

 

En la vida nuestro verdadero valor no está determinado por los logros personales y cuánto dinero acumulamos en nuestra vidas; nuestro verdadero valor es determinado por la cantidad de personas que ayudamos y cuánto de nuestra riqueza estamos dispuestos a dar para que los demás mejoren. Tal vez en este nuevo año deberías hacer una nueva resolución.

 

Padre Celestial gracias porque siempre me muestras el camino que debo seguir y le das el enfoque correcto a mi vida; ayúdame a quitar los ojos de lo que deseo lograr para siempre ponerlos en ti Jesús, porque al hacer esto va a ser más fácil humillarme a mí mismo y ver a los demás como más importantes que yo, porque eso fue precisamente lo que Tú hiciste cuando viniste al mundo, no tomaste el hecho de ser Dios como algo a que aferrarte. Ayúdame a seguir tu ejemplo siempre.