No seas tonto

 

 

Jueves 20 de septiembre de 2018

 

La fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. – Santiago 1:17 NVI

 

No es lo que la persona cree lo que valida tu fe. Lo que valida tu fe es lo que haces con lo crees. ¿De qué te sirve creer que Dios siempre bendice la obediencia si no estás dispuesto a obedecerlo? Me imagino que alguien puede estar pensando: “Ya sé para donde vamos con esto, lo que me quieres decir es que si digo que creemos lo mismo entonces tenemos que actuar de la misma manera. Pero el hecho de que creamos lo mismo no significa que tenemos que actuar igual, tú aplicas la fe de una manera y yo la aplico de otra.

 

Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras. ¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan. Santiago 2: 18-19 NVI

 

En este pasaje Santiago crea un personaje imaginario cuyo argumento es que dos personas pueden tener la misma fe en Dios, pero no por eso tienen que actuar de la misma manera.

 

Por lo tanto no debemos juzgar la fe de una persona en base a sus obras, porque eso sería injusto. Después de todo tú crees en Dios y los demonios también creen en Dios, pero su fe no se refleja de la misma manera. En otras palabras, no juzgues mi fe por lo que hago o no hago.

 

 ¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril? ¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac? Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. Así se cumplió la Escritura que dice: «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios. Como pueden ver, a una persona se le declara justa por las obras, y no sólo por la fe. Santiago 2: 20-24 NVI

 

Para la audiencia hebrea a quienes Santiago les escribió estas palabras, Abraham era uno de los héroes más grandes de su fe. Así que les pregunta, ¿por qué Abraham es nuestro héroe? ¿por lo que creía o por lo que hizo con lo que creía obedeciendo a Dios? En otras palabras si Abraham sólo hubiese creído nunca se hubiese convertido en héroe. La razón por la cual los hebreos celebran a Abraham no es por lo que creía si no por lo que hizo.

 

La verdad es que de nada nos vale toda nuestra fe si al final no estamos dispuesto a obedecer a Dios. La verdad es que son nuestras obras lo que validan nuestra fe. Si lo que creemos no va acompañado de acciones en términos prácticos nuestra fe no tiene ningún valor. No es suficiente creer o tener fe, necesitamos vivir nuestras vidas todos los días actuando de manera que refleje la fe que profesamos.

 

Padre Celestial gracias por dejarme como ejemplo a Abraham y a tantos otros personajes de la biblia, que se convirtieron en héroes por haberte creído y haber hecho algo con lo que creyeron. Ayúdame a mí también a creerte a ti siempre a través de poner mi fe en acción.