Viviré para ti, moriré por ti, te dedicaré mi vida a ti… ¡Dinero cuanto te amo!

1 Timoteo 6:10 NVI

Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.

Vivimos en un mundo que prioriza el dinero por encima de casi todas las cosas. La mayoría de las guerras se iniciaron por causa del dinero, hay todo tipo de problemas de salud y mentales por causa del dinero. Hay todo tipo de disputas familiares, separaciones y divorcios por causa del dinero. Nuestro sistema judicial y nuestras cárceles están repletas de personas por causa del dinero. La gente miente, engaña, roba y comete toda clase de crímenes por causa del dinero. El dinero realmente tiene el potencial de complicar nuestras vidas. Lo irónico es que el dinero en sí no es malo, lo que es malo es el amor al dinero.

Mateo 6:21 NVI

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

Si oyes el mensaje de muchas organizaciones cristianas que se dedican a hablar sobre el dinero y la prosperidad llegarías a pensar que a lo que Dios más le interesa es tu dinero, pero esto no podría estar más lejos de la verdad. ¿Quieres saber lo que a Dios más le interesa? tu corazón. Si pudiéramos tener un momento de total honestidad la mayoría de los cristianos aman y sirven al dinero más de lo que aman y sirven a Dios. Tenemos muchas organizaciones cristianas dedicadas casi exclusivamente a la enseñanza de cómo obtener más y más dinero. El dinero no es la meta; de hecho algo mucho más valioso, como lo es tu corazón, es la meta.

En el versículo que acabamos de leer Jesús nos enseña que nuestros corazones seguirán a nuestro dinero. Vamos a leer el versículo de nuevo, porque donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón también. Si quieres saber a quién de verdad le pertenece tu corazón, sólo tienes que seguir a tu dinero. Dios sabe más que tú y que yo; y Dios también sabe que nunca le entregaremos nuestros corazones a Él si no estamos dispuestos a entregarle nuestro dinero. ¿De verdad crees que Dios debe tener tu corazón? Entonces, mientras más invertimos nuestro dinero en el reino de Dios más de nuestro corazón estará en el reino de Dios. A medida que rindamos nuestro dinero a Dios en esa medida nuestro corazón le pertenecerá a Él. Y mientras más nuestro corazón le pertenezca a Dios más simple serán nuestras vidas.

Padre Celestial, quiero vivir para ti, quiero morir por ti y quiero dedicarte mi vida entera a ti. Ayúdame a utilizar el dinero con el que me bendices como una herramienta para cada día invertir más en tu reino, de manera que mi corazón siempre corra rendido hacia ti.