Jueves, 10 de abril

No puedo decirte cuántas veces he oído las palabras: “Voy a ponerle fin a ___________.” Ese espacio en blanco por lo general es completado con palabras como; este matrimonio, esta relación, este problema, esta situación… En circunstancias extremas ese espacio en blanco se completa con palabras como; la vida de ella, la vida de él, la vida de ellos, o inclusive mi vida. Llamemos a estas palabras la gota que rebosó el vaso, el punto en el que te encuentras hastiado y furioso. Hastiado de la situación y/o de la persona, y molesto con Dios porque Él ha permitido que esta injusticia quede sin respuesta. Cuando se llega a ese punto la declaración es: voy a ponerle fin a…

Imagínate que es Noé el único hombre justo y recto de su generación. Dudo que si siquiera podamos imaginar lo que Noé tuvo que vivir. Las injusticias cotidianas y constantes que debe haber sufrido. ¿Cuántas veces debe él haber alcanzado ese punto de hastío? Lo interesante es que la Biblia no nos dice que Noé llegó ese punto, la Biblia lo que nos dice es que fue Dios. Fue Dios el que vio la corrupción del mundo y dijo: voy a ponerle fin a esto…

Dios se harta, ¿rebosó la gota del vaso de Dios? La respuesta es sí, Dios tiene sus límites también. Sin embargo, esto no es una mala noticia, sino una buena noticia, porque al igual que en la vida de Noé, las injusticias que hay en tu vida no pasan desapercibidas. Dios las ve, lo que pasa es que Él es un Dios de gracia inimaginable, dándole a cada uno el tiempo suficiente para arrepentirse. Pero llegará un momento en el que Dios pondrá fin a todas las injusticias. Mientras tanto, ¿sabes lo que tú y yo tenemos que hacer? Tenemos que vivir como vivió Noé, tenemos que vivir nuestras vidas permitiendo que Dios extienda su gracia sobre los justos y los injustos. Para la injustos, dándoles tiempo para arrepentirse. Para los justos, dándoles la gracia para resistir la tentación de tomar el asunto en sus propias manos.

Lectura de la Biblia

1 Corintios 10:13
Ustedes no han sufrido ninguna *tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.

Padre Celestial en esos momentos en que llego al punto de estar hastiado y molesto y soy capaz de decir “voy a ponerle fin a…” te pido que extiendas tu gracia sobre mi vida para que yo no me vea tentado a tomar la situación con mis manos, ayúdame a vivir como Noé, que caminó contigo y tú decidiste guardarlo.