Si realmente quieres saber cómo es una persona, escucha sus palabras y luego observa sus acciones. Cuando Jesús habitó entre nosotros, alegó poder responder a la pregunta que ningún otro hombre había podido contestar. Afirmó saber cómo es Dios; Él afirmó saber lo que Dios piensa de nosotros. Lo asombroso es que no alegó tener la explicación más precisa de Dios, afirmó ser la explicación de Dios.

 

LECTURA BIBLICA:

» —Señor —dijo Felipe—, muéstranos al Padre y con eso nos basta.

—¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre.  – Juan 14: 8-9 NIV.

 

Si quieres saber cómo es Dios, escucha las palabras de Jesús, pero, lo que es más importante, mira sus acciones. En el primer siglo, las personas enfermas eran consideradas malditas por Dios, a menudo eran expulsadas y nadie se atrevía a tocarlas, a menos que también se enfermaran. Pero Jesús tocaba a todo tipo de personas enfermas y en lugar de enfermarse, las personas que lo tocaba quedaban sanadas. Mientras el pueblo de Israel vivía bajo la ocupación y la opresión del imperio romano, un día un centurión romano comandante de cien soldados le pidió a Jesús que lo ayudase porque su criado estaba enfermo y Jesús le concedió al centurión la solicitud y el hombre fue sanado ese mismo día. También está la interacción que Jesús tuvo con Mateo, el recaudador de impuestos, un hombre considerado como un traidor con su propio pueblo y una vergüenza para su patria. Un día Jesús se le acerca mientras le estaba recaudando impuestos abusivos a su propio pueblo y le dice: “sígueme”. Y lo siguiente que sabemos es que Jesús está en la casa de Mateo cenando con un grupo de recaudadores de impuestos y con personas a las que se les llamaban pecadores. Si quieres saber cómo es Dios, solo escucha las palabras de Jesús, pero más importante, mira sus acciones.

 

PIÉNSALO:

Si quieres saber lo que Dios piensa acerca de las personas y acerca de ti, solo escucha lo que Jesús dijo: “Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Luego, mira lo que hizo, hizo todo lo posible para servir a todas las personas, porque todas son extremadamente importantes para Dios.

 

Que bueno es saber que me amas y que soy extremadamente importante para ti mi Dios, las palabras y acciones de Jesús me lo demuestran una y otra vez; te pido que me ayudes a amar a mi prójimo como a mi mismo, sirviéndole de la misma manera que Tú viniste a servirnos a nosotros, con amor, compasión y humildad.