Todos queremos creer que nuestras vidas tienen sentido; que no solo estamos viviendo vidas insignificantes. Que al final de todo nuestras vidas contarán para algo. El problema es que la vida no cobra significado si no tiene propósito. El descubrir tu propósito es lo que le dará sentido a tu vida. La verdad es que muchas personas no comienzan a cuestionar su propósito hasta que llegan a los 40 y 50 años. Viven la primera mitad de sus vidas disfrutando de la vida y estableciendo y alcanzando metas. Pero las metas y el propósito no son necesariamente lo mismo. Una meta es estudiar y trabajar duro para lograr una buena carrera, pero el propósito se encuentra en lo que haces con tu carrera. Una meta es ganar cierta cantidad de dinero, el propósito se encuentra en cómo manejas ese dinero. Para muchos cristianos, una meta puede ser bautizarse, pero el propósito se encuentra en lo que hacen después de bautizarse.
Como aguas profundas es el propósito en el corazón del hombre, pero el hombre de entendimiento logrará extraerlo. - Proverbios 20: 5 NIVEl descubrir tu propósito no siempre es fácil, especialmente porque estamos acondicionados a hacernos la pregunta equivocada. Tendemos a preguntar, ¿cuál es mi propósito? El problema es que responder esa pregunta muchas veces no nos llevará a descubrir nuestro verdadero propósito. Es un buen comienzo, pero hay una mejor pregunta. Antes de darle una mejor pregunta, comencemos por definir lo que es un propósito. El propósito es la razón por la cual algo existe o se logra. El propósito es ser un medio para lograr un fin. El problema es que la mayoría de la gente no quiere ser el medio mas bien quieren ser el fin. No quieren ser la razón de algo, quieren ser el algo. Pero al igual que una computadora nunca encontrará su propósito en sí mismo porque la razón de su existencia es ayudar a las personas, no a sí misma. Y, una casa no encuentra su propósito en sí misma, la razón por la que las casas se construyen es para alojar gente. De la misma manera nunca puedes encontrar tu propósito en ti mismo, fuiste creado para ser un medio y no el fin. Entonces, una mejor pregunta es, ¿quién es mi propósito? Después de un tiempo, no importa cuántas metas alcances, sin propósito, tu vida comenzará a sentirse vacía e insignificante. La vida comienza a ganar sentido cuando nos damos cuenta de que somos el medio y no el fin. ¿Cuándo en lugar de preguntarte cuál es mi propósito, comienzas a preguntarte quién es mi propósito?