Dando de Nuestro Dinero
SEMANA DE ORACIÓN REGRESO A LA ESCUELA
DÍA 3 | Dando de Nuestro Dinero
“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes”.
2 Corintios 9: 7-8 (NVI)
Todo lo que poseemos y todo lo que tenemos proviene de nuestro Padre Celestial. Dar es una expresión de nuestro agradecimiento y alabanza a Él; proviene de un corazón que adora a Dios y que reconoce que todo lo que tenemos y damos ya le pertenece al Señor.
Dios quiere que demos porque esto demuestra que Él es verdaderamente el Señor de nuestras vidas. Cuando damos de nuestras ganancias, simplemente le estamos ofreciendo a Dios una pequeña porción de la abundancia que Él ya nos ha dado.
“El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos, para que no se tengan que hacer colectas cuando yo vaya.
1 Corintios 16:2 (NVI)
Ten en cuenta que la ofrenda se apartó el primer día de la semana. Cuando estamos dispuestos a ofrecer la primera porción de nuestra riqueza a Dios, le estamos mostrando que nuestros corazones están completamente sometidos a la confianza y obediencia a Él.
Dando de la manera en que Dios nos pide que lo hagamos le trae más bendición al dador que al receptor. Cuando le damos libremente a Dios, recibimos libremente de Dios. Si dejamos de dar, impedimos que Dios bendiga nuestras vidas de la manera que Él desea.
Dar es una expresión alegre de agradecimiento a Dios desde el corazón, no una obligación legalista. En lugar de buscar una regla específica sobre cuánto deberías estar dando, busca a Dios y su voluntad para tu vida y tus finanzas.
ORACIÓN
Amado Padre Celestial, muchas gracias por todo lo que me has dado. Reconozco que todo lo que tengo proviene de Ti.
Te pido que me perdones por olvidarme de expresar mi gratitud por completo. Pon en mí un corazón lleno de gracia que te devuelva a Ti y a los demás de lo mucho que me has dado sin poner resistencia.
Que haya alegría en mi corazón sabiendo que Tú bendecirás no solo al que recibe, sino también al que da. Gracias Señor por bendecirme abundantemente.