NO ES JUSTO

En dondequiera que haya un reguero creado por el hombre, ya sea en la habitación de un adolescente o en un desastre ecológico, encontrarás que alguien actuó de manera irresponsable. Las personas irresponsables crean regueros que no limpian y deudas que no pagan. Pero la mayoría de las personas irresponsables argumentan que su comportamiento irresponsable está justificado o al menos excusado porque la vida no es justa.

Durante las vacaciones de primavera, mi esposa y yo le dijimos a nuestro nieto mayor que lo íbamos a llevar a la ciudad de Nueva York como regalo de graduación. Cuando su hermano menor escuchó la noticia, inmediatamente exclamó: «No es justo». Es muy probable que esta misma actitud de niños también estuviera presente en nuestras vidas. Que en un momento u otro también les dijimos a nuestros padres o abuelos, “no es justo”. A lo cual probablemente respondieron, «la vida no es justa».

Hoy tenemos una cultura de adultos con la misma actitud infantil argumentando desde la izquierda, la derecha y el centro que la vida no es justa. Pero la verdad es que solo queremos que la vida sea justa cuando nos beneficia. Si me dan una porción más grande del pastel, no digo que «no es justo» sino que digo, «qué bendición». Pero la persona que obtuvo la porción más pequeña está pensando, «no es justo». El problema es que cuando nos enfocamos en las cosas que otros tienen y nosotros no tenemos, esto se convierte en nuestra excusa para actuar de manera irresponsable. Pero en la vida la pregunta más importante no es, ¿qué es justo? La pregunta más importante es, ¿qué estoy haciendo con lo que Dios me ha dado?

¿Por qué, entonces, criticas a tu hermano? ¿O tú, por qué lo desprecias? Todos tendremos que presentarnos delante de Dios, para que él nos juzgue. Porque la Escritura dice: «Juro por mi vida, dice el Señor, que ante mí todos doblarán la rodilla
y todos alabarán a Dios.» Así pues, cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios. – Romanos 14:10-12 DHH.

Padre celestial sé que he actuado de manera irresponsable en muchas ocasiones en mi vida y te pido perdón por ello, te pido que de ahora en adelante, en vez de enfocarme en lo que tienen otros que yo no tengo, que yo me enfoque en hacer lo correcto con lo que Tú me has dado, porque algún día voy a estar delante de tu presencia y voy a tener que rendirte cuentas. Gracias por tu gran amor y misericordia para conmigo.