¿Qué tienes en tus manos? Si tuvieras el poder de hacer algo realmente grande; corregir un mal o hacer algo que tal vez no se haya hecho o no se pueda hacer, pero que se debería hacer, ¿qué harías? Moisés quería rescatar a millones de personas de la esclavitud en Egipto. Pero a pesar del hecho de que él era un príncipe en Egipto, ¿cómo podría lograr una tarea de esa magnitud? ¿Cómo liderarías a millones de personas? ¿bebés, niños, jóvenes, adultos y ancianos fuera de Egipto? ¿Cómo los transportarías? ¿Dónde los esconderías? ¿Cómo los alimentarías? ¿Y a dónde los llevarías?
¿Qué es lo que tienes en la mano?—Una vara de pastor —contestó Moisés. —Arrójala al suelo —le dijo el Señor.Así que Moisés la tiró al suelo, ¡y la vara se convirtió en una serpiente! Entonces Moisés saltó hacia atrás.Pero el Señor le dijo:—Extiende la mano y agárrala de la cola.Entonces Moisés extendió la mano y la agarró, y la serpiente volvió a ser una vara de pastor.- Éxodo 4: 2-5 NIVLa vara era un símbolo de la identidad, la influencia y los ingresos de Moisés. En esta etapa de la vida de Moisés él ya no era un príncipe en Egipto sino un fugitivo de Egipto. Ahora se había convertido en un pastor escondido en la parte trasera del desierto. Pero, no obstante, Dios le preguntó: ¿qué es lo que tienes en la mano? “Una vara de pastor”, le respondió Moisés. Cuando Moisés soltaba la vara ella cobraba vida, pero cuando la recogía, se volvía un pedazo de madera seca. En las manos de Dios, la vara de pastor de Moisés se convirtió en la herramienta a través de la cual Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud. Y tú, ¿Qué tienes en tus manos? Apuesto a que si lo sueltas y pones en las manos de Dios tu identidad, influencia e ingresos, él podría hacer cosas realmente asombrosas a través de tu vida. Suéltale lo que tienes en tus manos a Dios y cobrará vida, cierra el puño y lo único que tendrás será un trozo de madera seco. Padre Celestial te suelto en tus manos todo lo que tengo en las mías para que cobre vida y puedas cumplir tu propósito a través de mí, gracias Señor, es un privilegio servirte y poner a tu alcance lo que Tú mismo me diste, porque mi identidad, influencia e ingresos provienen de Ti, perdóname por las veces que he cerrado mi puño y ayúdame a siempre abrir mis manos y entregarte a Ti todo lo que tengo y lo que soy.