Algunas personas pueden tener autoridad en nuestras vidas, pero poca o ninguna influencia. Las personas que tienen influencia en nuestras vidas son aquellas cuya forma de vida coincide con sus valores. Cuyas palabras y acciones son una y la misma. No respetamos a estas personas debido a sus posiciones, las respetamos debido a quienes son. Tienen autoridad moral. Lamentablemente en nuestra cultura, en nuestros hogares, en el lugar de trabajo, en la política e incluso en la iglesia, hay muchas personas que tienen autoridad posicional, pero pocas personas tienen autoridad moral.
La gente se asombraba de su enseñanza, porque la impartía como quien tiene autoridad y no como los maestros de la ley. – Marcos 1:22 NIVYa sea que estén de acuerdo con Él o no, nadie ha tenido más influencia en el mundo que Jesús. Lo interesante es que Él no influyó al mundo debido a su posición; nunca tuvo un título político o religioso como lo tuvieron los maestros de la ley. Ellos llevaban las etiquetas con sus nombres, tenían la oficina de la esquina y se paraban en el podio para dar conferencias. Pero no Jesús, aunque era el Hijo de Dios, el apóstol Pablo dice que nunca tomó ventaja de su posición. La autoridad de los maestros de la ley procedía de su cargo. El único problema era que tenían poca credibilidad, porque sus palabras no coincidían con sus acciones. La autoridad de Jesús procedía de su credibilidad, la credibilidad que se gana cuando las palabras y las acciones coinciden. La autoridad moral determinará el grado de influencia que tendrás en las vidas de los demás. No es la posición que puedes tener como padre, hermano mayor, jefe, o gerente de un departamento. Tu posición solo puede permitirte una autoridad temporal y limitada, pero no una verdadera influencia. Si la gente no puede respetarte, tu título tiene poca importancia. Pero si las personas pueden respetarte, incluso cuando no están de acuerdo contigo, es porque has ganado autoridad moral, la credibilidad que una persona se gana cuando sus palabras coinciden con sus acciones. Qué ejemplo tan importante me dejaste amado Jesús, que aun Tú siendo el Hijo de Dios nunca tomaste ventaja de tu posición, sino todo lo contrario; ayúdame a mí a ser cada vez más una persona de influencia en la vida de otros, que a través de que mis palabras coinciden con mis acciones yo pueda ganarme la credibilidad de las personas, porque es la única manera que voy a poder influenciar las para acercarlas a Ti. Gracias por enseñarme esta gran verdad.