Un nuevo corazón

De acuerdo con informes presentados en las noticias, un hombre de Brooklyn que afirmó estar infectado con el coronavirus fue acusado de acaparar máscaras faciales para luego venderlas de manera ilegal y también fue acusado de asalto por toser contra los agentes del FBI que lo estaban interrogando. Otro hombre en Atlanta fue arrestado durante esta crisis del coronavirus por intentar vender 125 millones de máscaras faciales inexistentes. En California, un hombre fue arrestado por aumentar los precios para aprovecharse del coronavirus; y en Oregón, un hombre fue arrestado por robar miles de máscaras N95. También están los fraudes de cheques del estímulo económico perpetrados contra los más vulnerables. Y luego hay algunas personas que tienen la dicha de estar trabajando más que nunca en esta crisis, pero que se están aprovechando de la situación. Uno de ellos expresó que estaba ganando más dinero que antes del cierre, pero que no había pagado su agua, luz o hipoteca. Además de eso, también recibió cheques del estímulo económico para él y su esposa y sus dos hijos que no han vivido en los Estados Unidos durante aproximadamente un año. ¿Por qué la gente se comporta de esta manera?

Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. – Mateo 6: 8 NIV.

Si en la próxima vida ver a Dios está directamente vinculado a tener un corazón puro, todos estamos en serios problemas. El libro del profeta Jeremías dice: “El corazón es engañoso sobre todas las cosas y no tiene remedio”. Y si por un momento crees que esto no se aplica a ti, mira lo que Jesús dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos: asesinato, adulterio, inmoralidad sexual, robo, falso testimonio y calumnias». Ósea que si alguna vez has pensado o hecho algo malo es una indicación de que tu corazón no es puro. Entonces, ¿de quién está hablando Jesús cuando dijo: “Dichosos los de corazón limpio”? Bueno, seríamos tú, yo y cualquier persona que reconozca que, por mucho que lo intentemos, nuestros corazones son engañosos y no tienen remedio. Sin embargo hemos elegido colocar nuestra fe en Jesús como nuestro Salvador. Es cuando reconocemos nuestra incapacidad y el mal que acecha en los rincones más oscuros de nuestros corazones que Dios puede darnos un nuevo corazón.

Y te daré un nuevo corazón, y pondré un nuevo espíritu en ti. Sacaré tu corazón pedregoso y terco y te daré un corazón sensible y receptivo. Y pondré mi Espíritu en ti para que sigas mis decretos y tengas cuidado de obedecer mis regulaciones. Serás mi pueblo y yo seré tu Dios. – Ezequiel 36: 26-28 NLT

Gracias  amado Padre celestial por poner un nuevo corazón y un nuevo espíritu en  mí, porque yo sé que mi corazón es engañoso y no tiene remedio. Reconozco mi incapacidad de tener un corazón puro, sólo Tú puedes hacer eso por mí, sólo Tú puedes quitar este terco corazón de piedra y poner un corazón tierno en mí. Gracias Señor, porque separado de Ti nada puedo hacer.