Asegurando la bendición de Dios

El año 2020 seguramente será el año más cambiante de nuestra generación. El año comenzó con la promesa de prosperidad económica y la esperanza de paz. Pero luego llegó el virus COVID 19 y en un mes el mundo entero se transformó en algo que no reconocemos. En nombre de la salud, hemos perdido nuestro derecho fundamental y nuestra autonomía de la búsqueda de la libertad y la felicidad. Y los resultados son que más de 33 millones de personas han solicitado beneficios de desempleo y se espera que el número continúe en ascenso. Para la gran mayoría de estas personas su único deseo es volver a sus trabajos y poder mantener a sus familias y a ellos mismos. La buena noticia es que parece que la situación está empezando a mejorar. El pasado fin de semana, muchas empresas, comunidades e iglesias comenzaron a reabrir. Pero si vamos a ser completamente honestos, las cosas nunca serán como antes. Al igual que después de los ataques del 911, nuestros derechos fundamentales se deterioraron, lo mismo sucederá este año con el virus COVID 19. Pero no importa cuáles sean o no las circunstancias, hay una manera de asegurar las bendiciones de Dios en nuestras vidas.

«Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas.».  Josué 1: 7 NIV.

Si hay una cosa que deberíamos haber aprendido acerca de Dios es que Él siempre bendice la obediencia, pero se niega a bendecir la desobediencia. A través de la Biblia encontramos tres áreas en las que este principio se ilustra claramente cuando el pueblo de Israel obedecía a Dios en estas áreas, siempre terminaban siendo bendecidos, pero cuando desobedecían, siempre perdían las bendiciones y la protección de Dios. 

En el presente, pase lo que pase, tú también puedes asegurarte de que puedas ser bendecido por Dios. Todo lo que tienes que hacer es obedecer a Dios en las siguientes tres áreas:

1. Las personas con las que eliges caminar.  Dios no quiere que juzguemos a nadie pero sí quiere que tengamos buen juicio al elegir a las personas con las que caminamos por la vida.

2. El día del Señor: Dios quiere que lo amemos por encima de todo y quiere que separemos un día y un tiempo para pasarlo con Él.

3. El Templo del Señor: Dios quiere que cuidemos y seamos una parte íntegra de su iglesia.

Cada vez que obedecemos a Dios en estas tres áreas estamos asegurando Sus bendiciones en nuestras vidas, cada vez que lo desobedecemos, andamos por cuenta propia. 

Padre Celestial quiero obedecerte, no hay nada mejor para mi vida que obedecer tu ley y no apartarme de ella. Ayúdame a tener valor y firmeza para obedecerte en esas tres áreas que me mantienen dentro de tu cobertura; a escoger sabiamente a las personas con las que me relaciono, a guardar tu día y a cuidar de tu templo. Gracias Señor por todas tus bendiciones y te pido que no permitas que yo ande por mi cuenta.