Completamente Diferente | ¿Qué tan Bueno?

No nos gusta pensar en ello, pero una de las preguntas más importantes que deberíamos hacernos es: ¿qué sucede después de la muerte? Los estudios demuestran que la mayoría de las personas creen en la vida después de la muerte y que la mayoría de ellos creen en algún tipo de cielo e infierno. Incluso el 32% de los ateos creen en el más allá. La pregunta es, ¿cómo se llega?

Los estudios también demuestran que las personas creen que hay más de una manera de llegar al cielo. Probablemente es porque la mayoría de las religiones enseñan que las personas buenas van al cielo. Todos ellos tienen diferencias en cuanto a la cuestión del más allá, pero todos están de acuerdo en que entrar al cielo depende de qué tan buena o mala sea una persona durante su vida. Entonces, si entrar al cielo se trata de ser una buena persona, la pregunta es, ¿qué tan bueno tienes que ser? ¿Tu mejor esfuerzo, es suficiente? ¿Tienes que ser tan bueno como la persona promedio o tan bueno como la Madre Teresa? La verdad es que nadie lo sabe.

Aquí es donde el cristianismo se diferencia de las demás religiones. En el cristianismo, la única medida que encontramos en cuanto a la pregunta de, ¿qué tan buena debe ser una persona? Es que tienes que ser perfecto. Y siendo que nadie es perfecto, esto significa que nadie es lo suficientemente bueno como para entrar al cielo. Sí, hay buenas personas. Pero en cuanto a la pregunta de, ¿quién es lo suficientemente bueno? La respuesta según las enseñanzas cristianas es, nadie.

La buena noticia es que el cristianismo también enseña que cualquiera que acepte a Jesús como su Salvador puede entrar al cielo. A primera vista, esto puede parecer injusto, pero en un mundo lleno de personas imperfectas, todos tienen las mismas oportunidades de llegar al cielo. No importa su educación, raza, nivel de educación o estatus social. Por lo tanto, es más que justo. Es debido a la gracia de Dios que a todos se nos ha dado la oportunidad de entrar al cielo.

Es porque, Tanto amó Dios al mundo que dio a su único hijo para que todo aquel que cree en Él no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)

Gracias por amarme tanto y darme la oportunidad de creer en ti amado Jesús, sí creo, y no solo creo, sino que te amo con todas las fuerzas de mi corazón y quiero