Justicia Perfecta | No es Justo

Lo único en lo que todos podemos estar de acuerdo es que la vida no siempre es justa. Algunas personas buenas mueren jóvenes y otras no tan buenas viven largas vidas. Algunos trabajan duro y apenas sobreviven, mientras que otros engañan, mienten y roban y tienen en abundancia. La verdad es que la vida no siempre es justa.

En la injusticia de la vida nuestra tendencia es cuestionar a Dios. Si Dios es un Dios justo, ¿por qué permite tanta injusticia? ¿Por qué permite que cosas malas les sucedan a personas buenas? Antes de poder responder a esta pregunta, primero tenemos que preguntarnos, ¿quiénes son las personas buenas?

“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. – Romanos 3:23 RVC.

En una ocasión, un hombre corrió hacia Jesús y le preguntó: “maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?” Y Jesús le respondió: “¿por qué me llamas bueno? Solo Dios es bueno”. Esto fue precisamente lo que Pablo quiso decir cuando escribió, “todos han pecado”.

El problema de preguntar, ¿por qué le pasan cosas malas a las personas buenas? Es que según Dios nadie es bueno. Porque bueno definido por Dios significa perfecto. En nuestro sistema, puede haber buenas personas, pero nadie es perfecto. Nosotros pensamos que la mayoría de las personas son buenas personas que ocasionalmente hacen algo malo. En el sistema de perfección de Dios, todos somos malos y, en ocasiones, hacemos algo bueno.

En el mundo de Dios nadie es bueno, porque la norma gloriosa de Dios es la perfección. El problema es que un sistema perfecto es que cualquier pecado, no importa cuán grande o pequeño sea, nos inhabilita de alcanzar la vida eterna. Pero como Dios es bueno, canceló la deuda que el pecado creó entre Él y nosotros. Y porque Él es perfectamente justo, no pudo dejar nuestros pecados sin castigo. Por lo tanto, en su justicia perfecta, Él exigió que se pagase la deuda del pecado. Y porque es un Dios perfectamente bueno, Él mismo pago la duda.

“Por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó”.  – Romanos 3:24 NVI.

Amado Padre Celestial, gracias por enseñarme que no soy una persona buena que de vez en cuando hago algo malo, sino que en tu glorioso sistema de perfección soy malo y ocasionalmente hago algo bueno, gracias porque al entender esta gran verdad admito que es imposible ganar la vida eterna por mis propias fuerzas y que soy justificado de manera gratuita mediante la redención que Jesús hizo por amor a mí.