Poniéndome en Forma

El cuerpo humano es el organismo más complejo conocido por el hombre. Los ojos están compuestos por más de 3 millones de partes. La nariz puede oler más de un trillón de aromas y recordar hasta 50,000 de ellos. Los oídos funcionan 24/7 y aunque tienen el hueso más pequeño del cuerpo mantienen todo el cuerpo equilibrado. La boca está llena de receptores de sabor, pero solo la lengua tiene hasta 10,000 de ellos que te ayudan a identificar lo que es dulce, agrio, salado o amargo. Además de los ojos, la nariz, los oídos y la boca, el cuerpo tiene millones de receptores sensoriales para distinguir las temperaturas, el dolor, el placer e incluso tiene receptores emocionales y espirituales. El cuerpo es simplemente el organismo más asombroso conocido por el hombre.

La Biblia nos enseña que Dios creó nuestros cuerpos a propósito y con un propósito. Se supone que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo de Dios y por medio de los cuales lo honramos. El apóstol Pablo escribió: ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos,porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.”

Fuimos creados pudiendo elegir usar nuestros cuerpos para servir nuestros propios propósitos o usarlos voluntariamente para cumplir el propósito por el cual Dios los creó. Quizás la palabra que mejor describe el propósito de Dios para nuestros cuerpos en la Biblia es santificación. Pero espera, antes de que dejes de leer, permíteme decirte lo que realmente significa esta palabra muy religiosa. La santificación simplemente significa dedicar algo para el propósito de Dios. Puedes santificar tu hogar dedicándolo al propósito de Dios, puedes santificar casi cualquier cosa que dediques al propósito de Dios. Santificar tu cuerpo simplemente significa ponerte en forma.

Por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos todos los días es, ¿cómo dedico mi cuerpo a honrar a Dios? ¿Cómo puedo usar mis ojos, nariz, oídos, boca y todo el resto de mi cuerpo de manera que honren a Dios?

Padre Celestial yo elijo voluntariamente usar cada parte de mi cuerpo para que cumplas el propósito por el cual lo creaste, te dedico mi cuerpo a ti amado Dios, para que te honre cada día de mi vida a través de él. Ayúdame a ser obediente a ti santificando mi cuerpo que es el templo del Espíritu Santo, ayúdame a ponerme en forma alineándome a tu voluntad.