Pocas cosas pueden ser más dolorosas que la sensación de ser engañado. Lamentablemente, ser engañados es algo que podemos esperar que nos suceda en nuestra sociedad; en la política, en los negocios y en el trabajo. Pero no es algo que esperamos de las personas más cercanas; nuestra familia, amigos y asociados, sin embargo, sucede todo el tiempo. La verdad es que todos somos susceptibles al engaño. Sin embargo, el problema es que nadie tiene más potencial de engañarte y te va a engañar más que tú mismo. Si no me crees, lo más probable es que ya te engañaste pensando que puedes creer en ti. Solo piensa en todas las malas decisiones que fuiste capaz de convencer a ti mismo que debías tomar. Oh sí, te excusas a ti y culpas a los demás por esas decisiones. Pero el único común denominador presente en TODAS tus malas decisiones eres tú.

Dios hablando a través del profeta Jeremías dijo: “Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio.” (Jeremías 17: 9 NVI). La palabra engañoso que Dios usa para describir nuestros corazones también se traduce a contaminado y torcido. Y, para empeorar las cosas, Dios dice que nuestros corazones contaminados y torcidos no tienen remedio. La mala noticia es que mientras vivamos en nuestros cuerpos terrenales, nuestros corazones continuamente nos van a engañar y no hay nada que podamos hacer para remediar la situación. La buena noticia es que hay una manera de evitar que nuestros corazones nos engañen.

Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.- Proverbios 3: 5-6 NIV.

Todos, y tristemente, incluso muchos predicadores, nos van a decir que debemos confiar en nuestros corazones. Pero Dios ya ha dicho que no podemos confiar en nuestros corazones porque están contaminados y torcidos. Es por eso que la manera de evitar ser engañados por nuestros corazones no es confiar en el corazón, sino inclinar nuestros corazones a que confíen totalmente en Dios. Porque Dios NUNCA nos va a engañar, sino siempre nos va a mostrar el camino que debemos tomar.

¿En qué áreas de tu vida necesitas confiar en Dios con todo tu corazón?

Padre Celestial ayúdame a confiar en ti con todo mi corazón, porque sólo Tú puedes allanar mis sendas. Sé que mi corazón está contaminado y torcido, por lo tanto me va a engañar. Sólo Tú eres digno de confianza y me libras de tomar malas decisiones cuando voy a ti, y puedo ir confiadamente a ti sabiendo que nunca me vas a engañar, sino al contrario, siempre me vas a mostrar el camino que debo tomar.