Corazón Enfermo

En algún momento todos hemos pensado, dicho o hecho algo que desearíamos nunca haber pensado, dicho o hecho. ¿Por qué? A lo que responderíamos, “la razón por la que pienso o actúo de esa manera es por causa de otros, algunas personas sacan lo peor de mí”. A lo que Jesús diría: «No, la razón por la que piensas y actúas de esa manera es porque tienes problemas del corazón».

Jesús dijo, “porque del corazón salen los malos pensamientos: asesinato, adulterio, inmoralidad sexual, robo, falso testimonio y calumnias”. En esencia, está diciendo: «Sé de dónde provienen tus malos pensamientos y conductas, están dentro de tu corazón.” Piénsalo, para que algo salga de ti, primero tiene que estar en ti. El problema es que nos hemos convertido en expertos en ocultar lo que hay dentro de nosotros. Pero cuando aumenta la presión, lo que está en nuestros corazones se manifiesta y terminamos hiriéndonos a nosotros mismos y a menudo a las personas que más amamos.

Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.- Proverbios 4:23 NIV.

Ignorar un problema nunca es buena idea, las cosas que ignoramos nunca mejoran, solo empeoran. Tal vez esta es una de las razones por la que Salomón nos exhorta a guardar nuestros corazones. La segunda razón es que lo que está en tu corazón, para bien o para mal, determinará el curso de tu vida.

Por encima de todo lo que hacemos, debemos convertirnos en guardianes de nuestros corazones, nada debería ser más importante. Porque todo lo que hacemos, pensamos o decimos saldrá de nuestros corazones. Debemos aprender a proteger nuestros corazones contra todo contaminante. Entre ellos cuatro de los más prevalentes y persistentes son: la culpa, el enojo, la avaricia y los celos. Si permitimos que estos entren en nuestros corazones cuando la presión de la vida aumenta, se manifestarán de maneras que ni siquiera podemos imaginar.

La mejor manera de protegerse contra la culpa es buscar el perdón. La mejor manera de protegerse contra el enojo es perdonar. La mejor manera de protegerse contra la avaricia es dar. Y la mejor manera de protegerse contra los celos es celebrar lo que otros tienen.

Padre Celestial quiero guardar mi corazón porque entiendo la importancia de hacerlo, no sólo puede destruir mi vida sino también la de las personas que amo y que están cerca de mí, te pido que me ayudes a siempre buscar el perdón de quienes he dañado, de perdonar a quienes me han dañado a mí, a estar dispuesto a dar de lo mucho que Tú me das a mí y a celebrar sinceramente lo que otros tienen. Gracias por tu gran amor y misericordia.