Interpretando los tiempos

¿El coronavirus, es solo parte del círculo de la vida o hay algo más?

Al escuchar a Jesús enseñar, un fariseo lo invitó a su casa a comer con él y con algunos maestros de la ley que también se encontraban ahí. Cuando llegó el momento de comer, el fariseo se sorprendió de que Jesús no se lavara las manos antes de comer. Y al enterarse Jesús le dijo al fariseo y a los maestros de la ley, que eran desde ignorantes hasta asesinos y todo lo demás de por medio. A partir de ese día, los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a oponerse ferozmente a Jesús.

Después de reprenderlos, Jesús salió de la casa del fariseo y miles de personas se habían reunido. Pero Jesús comenzó a hablar con sus discípulos advirtiéndoles que se cuidaran de las enseñanzas venenosas de los fariseos, llamándolos hipócritas que pretendían conocer y comprender a Dios pero que no tenían ni idea de quien eran Dios y que ni tan siquiera seguían sus propias enseñanzas. Continuó y advirtió a los discípulos que no le temieran a los que podían matar el cuerpo, sino que temieran a Dios, que puede matar el cuerpo y echar el alma al infierno. También les enseñó a no depositar su confianza en el dinero ni a preocuparse por la comida o la ropa, sino más bien que estuviesen atentos con sus lámparas encendidas para que cuando regresase su amo los encontrara haciendo lo que se suponía que debían hacer. Luego se volvió hacia los miles que se habían reunido y dijo:

—Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el occidente, en seguida dicen: “Va a llover”, y así sucede. Y, cuando sopla el viento del sur, dicen: “Va a hacer calor”, y así sucede. ¡Hipócritas! Ustedes saben interpretar la apariencia de la tierra y del cielo. ¿Cómo es que no saben interpretar el tiempo actual? – Lucas 12: 54-56 NIV.

Los fariseos y los maestros de la ley literalmente tuvieron a Jesús, el Hijo de Dios, habitando en medio de ellos y nunca se dieron cuenta. Ahora nos toca a nosotros interpretar lo que está sucediendo presentemente en nuestro mundo. Y, es obvio que no deberíamos estar tan preocupados por temor a la pandemia, sino más bien deberíamos temerle a Dios. Y el dinero, como vestimos o que comemos no debería ser lo que más nos preocupe. Nuestra principal preocupación debería ser estar preparados, vigilando y haciendo lo que se supone que debemos estar haciendo y enfocados en interpretar las muchas señales de los tiempos actuales. 

Padre celestial Tú eres tan misericordioso y lleno de amor que nos das muchas señales para que interpretemos los tiempos y no nos agarre desprevenidos, preocupados por las cosas materiales o con miedo; más bien Tú nos muestras que solo a Ti debemos de temer porque eres el único tienes nuestro destino eterno en tus manos. Ayúdame a hacer lo que debo estar haciendo y enfocado en interpretar todas las señales.