Compromiso con la Familia

En mi opinión, me parece que la sociedad en general está más motivada a experimentar la vida que a estar comprometida con el largo proceso de desarrollar familias saludables. El matrimonio solía ser un compromiso mutuo, para bien o para mal, hasta que la muerte los separaba. Hoy en día no; y aunque se celebren bodas ostentosas, las personas en realidad ya no se casan. A la primera señal de problemas, se separan y anulan el compromiso que se hicieron mutuamente frente al altar. De hecho, muchos ya ni siquiera se molestan en casarse, solo se mudan el uno con el otro y algunos hasta deciden tener hijos, pero rara vez permanecen juntos.

El problema en nuestra cultura actual es que las personas están más enfocadas en vivir experiencias que en desarrollar relaciones saludables. Nuestra cultura sobreestima las experiencias y subestima el valor del compromiso de desarrollar familias saludables. Somos una cultura rica en experiencias, pero quebrada en relaciones. Déjame preguntarte, al final de tu vida, ¿qué va a ser más importante, tus experiencias o tus relaciones?

Tu vida es hoy y será mañana la suma total de tus relaciones, decisiones y experiencias. Y de estas tres, las relaciones es la más importante, ya que han impactado e impactarán todas tus decisiones y experiencias. Por esta razón, deberíamos estar más comprometidos a desarrollar relaciones saludables que a experimentar la vida. Ahora bien, aparte de tu relación con Dios, tu relación más importante debe ser tu relación con tu familia. Y esta relación debe caracterizarse por un compromiso que perdura toda la vida.

El llegar a ser un buen hombre o una buena mujer tiene su precio, requiere un compromiso de por vida. El desarrollar un buen matrimonio tiene su precio, requiere un compromiso de por vida. Criar buenos hijos tiene su precio, requiere el compromiso de crecer continuamente como padre o madre. Y el desarrollar una gran familia tiene su precio, requiere un compromiso de por vida de priorizar las relaciones por encima de las experiencias.

El desarrollar una familia saludable requiere que te comprometas a un proceso de por vida. Y requiere que te des cuenta de que todos formamos parte de ese proceso. Que todos vamos a decir y a hacer cosas que no deberíamos haber dicho o hecho. Y cuando nos demos cuenta de que todos formamos parte del proceso, entonces, estaremos más dispuestos a perdonar y a aceptarnos los unos a los otros. Y también en vez de simplemente pasar tiempo los unos con los otros, estaremos más dispuestos a hacer el compromiso de desarrollar relaciones saludables los unos con los otros.

 

“Este es Mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado.” – Jesús

 

Padre Celestial que importante es desarrollar relaciones en vez de buscar las experiencias de la vida, porque al final de mis días lo que va a tener importancia son las relaciones que desarrollé mientras estuve en esta tierra, sobretodo contigo amado Jesús. Ayúdame a desarrollar una familia saludable a través de comprometerse durante toda mi vida, a amar a los demás así como Tú me amas a mí. Gracias Señor, te alabo y te doy toda la gloria hoy y siempre, amén.