Si en el mundo las personas actuaran de manera responsable, habrían menos problemas, no habrían deudas y habrían mucho menos reglas, regulaciones y leyes. En un mundo en el que las personas actúan de manera irresponsable, vemos desastres por todas partes, deudas por doquier  y más leyes de las que podemos contar. El problema es que vemos irresponsabilidad en todas partes, excepto en el espejo y aquellos que son lo suficientemente honestos como para admitir sus acciones irresponsables, excusan sus irresponsabilidades culpando a los demás.

En la vida, cuanto más grande es la bendición, más grande es la responsabilidad. Si de niño te regalaron una casa de muñecas o un carro de juguete, ese obsequio vino con un nivel proporcional de responsabilidad. Ahora, como adulto, posees una casa o un automóvil, el nivel de responsabilidad es mucho mayor. El problema es que cuanto más tenemos, más irresponsables tendemos a ser con lo que tenemos. Si tenemos tiempo o dinero extra, la tendencia es ser irresponsables con la forma en que administramos ese tiempo y gastamos ese dinero. Cuanto más tenemos, más es nuestra tendencia de actuar de manera irresponsable.

Alguien a quien se le ha dado mucho, mucho se le pedirá a cambio; y alguien a quien se le ha confiado mucho, aún más se le exigirá. – Jesús (Lucas 12:48 NTV)

La pregunta no es cuánto tienes, la pregunta es ¿qué estás haciendo con lo que tienes?

Padre celestial gracias por todo lo que me has dado, porque la verdad es que me has dado demasiado sin yo merecer nada, te pido que me ayudes a entender que con esa gran bendición también viene una gran responsabilidad, sé que con tu ayuda y dirección puedo actuar de manera responsable para hacer lo correcto con todo lo que Tú has puesto en mis manos.