Pausa, Piensa y Alaba

Mientras escribo este blog puedo escuchar el sonido de un avión volando por encima de los automóviles en la calle y los sonidos de construcciones de nuevos edificios. Puedo escuchar a personas hablando y niños jugando. Puedo escuchar el sonido de teléfonos sonando, el aire acondicionado funcionando y música al fondo. Puedo escuchar el sonido de los pájaros cantando y de vez en cuando el viento soplando. Luego están las voces internas que algunas veces son de esperanza y otras de desesperanza. La verdad es que vivimos en un mundo muy ruidoso, tan ruidoso que muchas veces ahoga el sonido más importante de todos, el sonido de la voz de Dios.

A pesar de todos los ruidos con los que tenemos que lidiar a diario, no muchos de nosotros vamos a vivir en un mundo tan ruidoso como el que le tocó vivir al rey David. Por un lado tenía que escuchar el sonido de su padre que no creía que Dios lo consideraría rey. Por otro el sonido de la voz del rey Saúl que amenazaba con matarlo y al mismo tiempo las voces de las multitudes que gritaban “Saúl ha matado a miles y David a decenas de miles”. También escuchaba los sonidos de guerra, muerte, aflicciones y victorias. Pero de alguna manera, en medio de todos esos sonidos, David encontraba tiempo para detenerse y escuchar la voz de Dios. Yo llamo a estos momentos “Selah”.

La palabra Selah aparece 75 veces en la Biblia, 71 de esas veces en el libro de los Salmos. Hay tres definiciones posibles para esta palabra, pero la mayoría de los teólogos están de acuerdo en que significa pausa. Una segunda posible definición es pesar o medir y una tercera posible definición es alabar. Creo que las tres definiciones son apropiadas y creo que el Rey David también creía igual. 

Muchos dicen acerca de mí: “¡Dios no lo librará!”. Selah Salmos 3:2 RVC.

David hace una pausa y piensa

Con mi voz clamé al SEÑOR, y él me respondió desde su santo monte. Selah

– Salmos 3:4 RVC.

David hizo una pausa y clamó a Dios mientras pensaba lo que estaba en juego,

Del SEÑOR viene la salvación. ¡Sobre tu pueblo sea tu bendición!  Selah Salmos 3:8 RVC.

David hizo una pausa, apagó todos los demás sonidos, reflexionó sobre lo que Dios le había dicho, y esto resultó en que David alabara a Dios. Si haces una pausa y piensas en la bondad y la gracia de Dios, tú también, en medio de una pandemia y un colapso financiero, terminarás alabando a Dios.

Selah, ¡pausa, piensa y alaba!

Padre celestial yo también decido como David tener un momento Selah contigo, decido pausar, pensar y alabarte en medio de esto tan difícil que estamos viviendo, porque tu amor, gracia y misericordia son más grandes que cualquier prueba que pueda enfrentar. Gracias amado Dios, porque sé que estás conmigo y que en los momentos que pauso y pienso puedo apagar todos los demás sonido para solo escuchar tu voz y terminar alabándote.