Algo Mejor

Cada vez que invertimos nuestro tiempo y dinero en algo o alguien, la esperanza es obtener ganancias; la esperanza es que nuestra inversión nos lleve a algo mejor. Lo interesante de los humanos es que nunca estamos satisfechos, siempre queremos algo mejor. La buena noticia es que nuestro Padre Celestial nos programó de esa manera y siempre quiere llevarnos a cosas mejores.

Porque también a nosotros, como a ellos, nos han sido anunciadas las buenas nuevas; pero a ellos de nada les aprovechó oír la palabra, porque no se identificaron por fe con los que la obedecieron. – Hebreos 4: 2 NIV.

El pueblo de Israel había sido esclavizado en Egipto durante unos 400 años, durante siglos esperaban algo mejor. Entonces, clamaron a Dios y Dios escuchó su clamor y les prometió libertad y una tierra próspera propia. Luego, con mano poderosa, los liberó de la esclavitud y los condujo a través del Mar Rojo hacia el desierto para un viaje de cuarenta días a la Tierra Prometida. Con la etapa uno completada, entraron en la etapa dos cuando Dios comenzó a guiarlos a través del desierto hacia la Tierra Prometida.

Si los milagros que llevaron al pueblo de Israel a la libertad fueron impresionantes, los milagros que Dios realizó mientras los guiaba por el desierto fueron espectaculares. Les dio el primer sistema de aire acondicionado móvil en el desierto que los mantenía calientes por la noche y frescos durante el día. Olvídate de Uber Eats, Dios les enviaba la comida por correo aéreo todos los días y les daba agua filtrada de una roca en el desierto. Pero a pesar de los tantos milagros, pasaron 40 años vagando por el desierto y nunca entraron en la Tierra Prometida.

El autor del libro de los Hebreos nos dice que las buenas noticias que se les prometieron no les aprovechó en nada porque no venía acompañada de fe. En el contexto de este versículo, la falta de fe no significaba que no le creyeran a Dios, ¿cómo podrían no hacerlo? Habían presenciado los milagros. La palabra fe en este contexto no se refiere a creerle a Dios sino a serle fiel a Dios.

En nuestra generación, el evangelio también se nos ha sido predicado. Pero esta vez no fue a través de ningún hombre, sino a través de Jesús, el Hijo de Dios, y el milagro no fue partir el Mar Rojo, sino el partimiento del cuerpo de Jesús por nosotros y luego resucitar de entre los muertos. Para muchos de nosotros hoy, la primera etapa ya se completó, y ahora vamos a la segunda etapa en donde estamos caminando por el desierto hacia la promesa que Jesús nos hizo de que está preparando un lugar para que estemos con Él. Pero a menos que le seamos fieles a Dios, corremos el mismo peligro que corrió el pueblo de Israel en el desierto de no obtener ningún provecho de esta promesa que se nos ha hecho.

Dios tiene algo mejor preparado para ti, pero la pregunta es, ¿te estás preparando para algo mejor?

Padre Celestial gracias porque Tú tienes preparado algo mejor para mí, Tú me prometes a través de mi fe y de serte fiel que voy a recibir la promesa de entrar en ese lugar que estás preparando para que yo esté contigo. Ayúdame a mí a estar preparado para que yo pueda obtener el máximo de provecho de esta gran promesa que Tú me has hecho.